Katerina está absolutamente de bajón. Aunque Manuel siempre encuentra la manera de subirle el ánimo. Ha sido precisamente hablando con él mientras miraba al mar cuando le ha comentado cómo se sentía mientras se apoyaba en su hombro: "Estoy harta, tengo ganas de estar en mi casa. No quiero saber nada ni de la isla, ni de los peces, ni de las almedras, el fuego... Nada", comenzaba.
El hijo de Raquel Bollo trataba de hacerle cambiar de opinión haciéndole valorar, entre otras cosas, la arena sobre la que estaban sentados: "Me da igual, no quiero ver arena, quiero ver cemento", le contestaba ella. "No quiero ver agua a mi alrededor, no quiero estar en el sol, no quiero que me piquen los mosquitos, no quiero convivir con personas que no conozco...", y así sucesivamente añadiendo más quejas a su lista.
Ella optaba entonces por contarle las ganas que tiene de ver a sus padres. Manuel le aseguraba que él tenía la mismas ganas: "Pero si puede ser en la final, mejor", aclaraba. "Yo no quiero ir a la final, yo me quiero ir ya", insistía Kat.
Pero, además de hacerlo con Manuel, Katerina también expresaba su deseo de marcharse a otros compañeros, incluyendo incluso a Adara: "Solo me apetece estar sola porque tampoco quiero contaminaros a vosotros con mi pensamiento de que estoy mal. Tengo ganas de llorar, llorar, llorar, llorar... Ojalá poder dormir todo el día. Veo todo el agua alrededor y siento que aunque quisiera no me podría ir, y eso me mata".