Después de que Yulen se convirtiera en ‘parásito’ tras ser el concursante menos votado, el resto de supervivientes se enfrentaban a una nueva prueba de líder. Un juego que iba a ser de lo más decisivo de cara a la recta final del concurso y en la que la sabiduría iba a jugar un papel crucial.
Lara Álvarez iba a ir haciéndoles preguntas de cultura general. Si acertaban, elegirían qué compañero subiría un peldaño en su escalera flotante. Cuanto más alto estuvieran, más difícil sería mantener el equilibrio. Si fallaban, subirían ellos mismo un nivel. El ganador, por consiguiente, iba a ser quien aguantara más tiempo sobre la plataforma.
Alejandro inauguraba el juego acertando la primera pregunta y haciendo subir un peldaño a Ignacio. Todos los supervivientes contestaban correctamente a sus preguntas en la primera ronda.
El primer fallo ha llegado con el fruto del roble. Alejandro fallaba, pero Anabel, Ignacio, Nacho y Ana tampoco conseguían acertar en el rebote. Ninguno supo dar la respuesta correcta: bellotas.
Al estar apoyada en la pirámide, Ana Luque quedaba descalificada. Tras varias preguntas más, Ignacio se convertía en el primero en caer al agua. Por su parte, Anabel decidía ser la tercera eliminada: “Yo me bajo, que tengo miedo”.
Todo quedaba entre Alejandro y Nacho Palau. El andaluz fallaba su pregunta y se veía obligado a subir al último peldaño. A pesar de sus intentos, no conseguía mantener el equilibrio y terminaba cayendo al agua. Palau se alzaba así con el collar de líder.
Nada más lograr el liderato, Palau no se lo podía creer. Alejandro, por su parte, no entendía cómo se había desarrollado el juego. Creía que Lara le había saltado en una de las rondas, pero la presentadora le explicaba la dinámica.
En el momento de la dedicatoria, Palau no ha tenido dudas: “Obviamente a mis hijos, a Cristian, ahora que se lo puedo dedicar, a mi madre, mi hermana, mi cuñado y mi sobrina. Y a toda la gente que me está apoyando. Estoy muy emocionado por esos momentos de confianza hacia mí. Estoy feliz”.