Después de recibir la visita de su sobrino, Nacho Palau parece haber cambiado el chip por completo. El superviviente ha recibido un chute de energía que le ha llevado a mejorar su estancia en Honduras.
Tras acumular los que, según él, habían sido sus peores días de concurso, el valenciano ha decidido pasar página y dejar los malos momentos atrás. Para ello, Palau ha pedido perdón a todos sus compañeros: “No me molan las peleas, lo siento en el alma todo”, decía a Kiko Matamoros.
Además, el ex de Miguel Bosé se ha mostrado más tolerante con la comida: “A mí no me importa nada ya. Me pusieron el otro día huevos, que los podría haber cogido, y no quise saber nada de los huevos. Era para mí, me lo podía quedar, pero yo lo que buscaba era compartirlo con vosotros”, le contaba a Anabel tras ofrecerle un trozo de su coco.
A pesar de sus intentos, parece ser que su nueva dinámica no convencía del todo a todos los supervivientes: “Este arrepentimiento ahora de golpe y porrazo… Ahora soy bueno, todos los días hago dos o tres obras de caridad…”, comentaba Kiko con Alejandro e Ignacio.