Este pasado sábado 11 de diciembre fallecía en su casa de Marbella el tenista Manolo Santana a los 83 años de edad a causa de un paro cardíaco. El pionero del tenis español moría en su residencia malagueña acompañado de sus seres queridos y junto a su inseparable esposa, Claudia Rodríguez.
Claudia llegaba esta misma mañana a la capilla ardiente del tenista instalada en un hospital marbellí completamente rota de dolor hecha un mar de lágrimas. La mujer del tenista aparecía ante los medios con unas gafas oscuras y mascarilla negra, pero pese a llevar tapado su rostro podía verse el tremendo dolor que siente la viuda de Santana: "Lo mejor que él tenía era su humildad, su sencillez, lo noble que era".
Claudia ha roto a llorar al recibir el pésame de las personas que no han querido perder la oportunidad de dar el último adiós a Santana. Por la capilla ardiente han pasado deportistas de la talla de Feliciano López, Garbiñe Muguruza, Conchita Martínez o Emilio Butragueño.
El que fuera marido de Mila Ximénez fue el encargado de abrir el camino a los muchos tenistas españoles que después de él triunfaron en las pistas de todo el mundo. Rafa Nadal recordaba ayer mismo a Santana recalcando la admiración que todos sentían por él: "Siempre fuiste un referente para todos nosotros".
Los restos mortales de Manolo Santana serán incinerados y descansarán en Marbella, tal y como él mismo deseaba, pero antes pasarán por una capilla ardiente que se instalará en la Caja Mágica de Madrid, un lugar en el que todos lo que admiraron y quisieron al deportista podrán despedirse de él.