Carmen y Rafa están más unidos que nunca. Pasan las horas juntos y necesitan buscarse el uno al otro todo el tiempo. De hecho, a punto estuvieron hace unos días de besarse. Su complicidad parece estar llegando a su punto más alto, como si nada pudiera romperla.
A lo largo de la semana son muchos los concursantes que se han llegado a plantear incluso si ya ha pasado algo entre ellos. Y los que aún no se lo plantean, como Carlos, hacen de celestina para intentar que, si de verdad sienten algo más, lo exterioricen por fin.
Pero todo cambia cuando Laila entra en escena. Sus problemas con Carmen no cesan. Es evidente que nunca va a haber un entendimiento entre ambas. No se soportan. La amistad de la melliza con Rafa parece ser un impedimento para Carmen, que no puede evitar molestarse cada vez que hay un acercamiento entre ellos.
La última bronca ha llegado por una broma. Rafa, Carmen y Laila compartían un rato en la cocina. Rafa cogía el estuche de lentillas de Carmen. Right y Left. R y L. "Mira Carmen, Rafa y Laila". Poco más hizo falta para que la cordobesa se levantara y abandonara la cocina: "Me da igual, flipado de la vida".
Pero lo cierto es que no le daba tan igual, terminó yéndose a la cama. Rafa acudía a su búsqueda, pero se encontraba con una Carmen nada receptiva: "Que te pires, pareces tonto". Pasado un rato, se levantaba un momento. Al volver a la habitación, Rafa le había quitado su cama y, a partir de entonces, todo fueron risas.
Pronto Laila les llamaba la atención. "¿Y esas amenazas qué son?", le recriminaba Carmen. Y, aunque Rafa trataba de poner paz entre las dos, eso es misión imposible. Lo que sí que consiguió fue salir con la matemática de la habitación para dejar de molestar.
"No la soporto. ¿Por qué tienes que darle mi estuche de las lentillas? No tiene que tocar mis cosas, que no se lava las manos, que es una puerca que lleva cuatro o cinco días sin ducharse. ¿De qué vas, tío? Te tengo dicho que no me asocies con ella", decía desbordada por los nervios.
"Si hay una celosa aquí es ella, que desde el minuto uno cuando vio que nos llevábamos bien empezó a estar todo el rato detrás de ti, a agarrarte de la mano... Cuando te quieras ir con ella, te vas con ella, pero no la traigas donde esté yo", le ordenaba.
Después de abandonar el baño, Rafa volvía y se iba directo a ella. Abrazo y reconciliación instantánea. Carmen ha llegado a una conclusión: no pueden seguir alimentando estas situaciones con Laila porque a ella la beneficia para seguir en la casa: "No quiero darle ni un solo vídeo".
Eso sí, a la bronca del estuche de lentillas se unen muchas más. Más bien, los enfrentamientos entre Carmen y Laila son una cuestión del día a día. Lo cierto es que no les hace falta demasiado para insultarse y dejarse en evidencia delante del resto de la casa. Cualquier momento es bueno para gritarse a la cara lo que piensan la una de la otra.