Tras pasar por una dura semana en la que no se entendieron en absoluto, Luca Onestini y Cristina Porta se han reconciliado y han disfrutado de los mejores días juntos desde que están en la casa de 'Secret story'. Cristina ha asegurado que Luca nunca ha sido tan cariñoso con ella en estos tres meses, y el italiano se ha deshecho en halagos y besos durante toda la semana, olvidando por completo los motivos que le llevaron hace tan solo unos días a dudar de los sentimientos de Cristina hacia él.
El pasado jueves Luca y Cristina se convertían en finalistas de la primera edición de 'Secret story' al conseguir librarse de estar nominados. En un corte de publicidad y antes de ser conocedores de la gran noticia, ambos hablaron en la sala de la verdad de la posibilidad de pedir una hora sin cámaras si se convertían efectivamente en finalistas esa misma noche.
Cuando Jorge Javier les confirmó en directo que ya eran finalistas ambos se fueron al cubo decididos a pedir la hora sin cámaras. Sin embargo, y tras estar largo rato sentados en el sofá, no se atrevieron a hacerlo: "Queremos tener un momento íntimo", se limitó a decir Luca ante una sonrojada Cristina Porta.
Cuando la voz les preguntó si a lo que se referían era a la famosa 'hora sin cámaras', Cristina se limitó a reír y Luca contestó irónico: "Eso lo has dicho tú, no nosotros". Finalmente, y aunque todo parecía indicar que se iban a lanzar a tener ese encuentro íntimo que tanto aseguran desear, lo cierto es que ninguno de los dos se atrevió a verbalizarlo y salieron de allí sin pedir la hora de intimidad.
Los colaboradores desde plató, y Jordi González incluido, han reaccionado a la actuación de Luca y Cristina en el cubo, el más crítico de todo Miguel Frigenti: "Me parece muy fuerte que jueguen con la posibilidad de pasar una hora sin cámaras si se salvan, solo hacen algo si avanzan en el concurso, ¿pero esto qué es?".
Julen tampoco se mordía la lengua tras ver las imágenes: "A mí esto no me sorprende porque de Cristina ya no me sorprende nada, es su comportamiento habitual (...) Ella hace tres meses me dijo que se moriría de vergüenza por darse un beso en la casa y ahora juega con pedir una hora sin cámaras, no se la cree nadie".