La primera gala de 'La noche de los secretos' comenzaba fuerte desvelando la identidad del último participante del concurso. Después de que el pasado jueves descubriéramos quiénes son los nuevos concursantes, faltaba por saber quién se escondía bajo la máscara del búho. Se trataba de Álvaro, un interventor de 27 años que se define a sí mismo como "un trampantojo".
Álvaro trabaja como secretario interventor en un pueblo de Albacete pero es de Soto del Real (Madrid). Ha estudiado Administración y Dirección de Empresas y Derecho; pero en su currículum también podemos encontrar un año de ilusionismo. Fue en la magia donde encontró la forma de acceder a los sentimientos de la gente.
Por otra parte, Álvaro contaba en su vídeo de presentación que la única asignatura que se le ha atragantado, a pesar de ser superdotado, es la del amor. "Nunca he tenido una relación. No he encontrado a nadie con quien tener esa parte afectiva", reveló.
Muy orgulloso de su físico, Álvaro confiesa que precisamente este punto le puede venir muy bien en el concurso. Cree que siempre le toman por 'buenazo'; pero el participante no ha ocultado que es muy estratega y que piensa ir a por todas en 'La casa de los secretos'.
Tal es así, que cuando el programa le presentó su dilema, no dudó: accedió a llevar siempre consigo un huevo gigante a cambio de la inmunidad. No pensaba cedérselo a ningún compañero. Lo que no sabía es que quien se lo robase y llegase a la gala de nominaciones con el huevo, será el inmune.
Sus compañeros, por su parte, estaban expectantes ante la nueva incorporación. Con las primeras alianzas ya formadas en estos días de convivencia, los participantes analizaban de qué palo podía ir el nuevo concursante de pleno derecho.
Lo que nadie imaginó es que Álvaro acabaría teniendo una gran bronca con sus compañeros apenas unos momentos después de conocerles. Mientras que Kenny le reprochó que había entrado pisando muy fuerte; el interventor se excusó diciendo que se había sentido atacado en su entrada.