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La tarde en 'Sálvame' arrancaba con Canales Rivera en el centro del plató y es que el colaborador de 'Sálvame' había sido traicionado por uno de sus compañeros. Alguien había facilitado una información muy comprometida sobre él que podría cambiar su imagen pública tanto como para que decidiera abandonar 'Sálvame'.
Canales aguantaba, paciente y con buena cara... pero el gesto se le torcía cuando veía las cuatro hipótesis que se barajaban: deslealtad amorosa, crisis familiares, delitos y morosidad. Estas posibilidades acababan con sus nervios y se enfadaba con la dirección: "Es de tener muy poco conocimiento".
Poco a poco hemos ido conociendo más datos, en concreto, la identidad del 'traidor' y era quien menos esperaba Canales: Antonio David Flores. Al parecer, él facilitó la información y solo puso una concidión: ser representante de la persona que iba a dar su testimonio y por tanto, cobrar el 20% de lo que ganara.
Era quien menos podía imaginar Canales porque de todos los colaboradores es el único con el que ha tenido cierta cercanía, le abrió las puertas de su casa y compartió una noche con su familia y amigos.
Además, se quejaba de que él hubiera estado en la misma situación en ‘Quiero dinero’ y no le entendiera: “No tiene empatía ninguna, yo tengo una forma de ver las cosa y la lealtad está por encima de todo”.
Paz Padilla era la encargada de formular la pregunta que Canales tendría que responder para que Kopérnica, única máquina capaz de identificar las emociones humanas, decía la verdad o mentía:
Canales respondió que no: “No he tenido relaciones sexuales con ninguna mujer desde que estoy con mi pareja que no haya sido ella, claro, ahora es la palabra de David contra la máquina, contra mí”.
Antes de conocer la resolución de la prueba, recordaba la primera vez que dejó ‘Sálvame’. Fue a raíz de una información que hablaba, precisamente, de una deslealtad y José Antonio tenía claro que algo similar podía volver a pasar.
Por eso, antes de aceptar regresar al programa, lo habló con su madre y con su chica, a la que le advirtió que aunque todo fuera bien, el golpe podía venir cuando menos se lo esperara y de quien menos se lo esperara: “Aquí está la patada, lo que me fasitida es que venga por este hombre ¿Qué gana él con hacer daño, joder?”
Y, finalmente, Paz Padilla comunicaba el veredicto de Kopérnica: dice la verdad. El torero se echaba las manos a la cara visiblemente afectado.