Cuando le preguntan a Benigna si es la madre de Yaiza Martín, su respuesta es de lo más elocuente: "Por suerte o por desgracia, sí. Parirla, la parí". Y es que llevan años sin tener relación, la tacha de mentirosa, asegura que no quiere saber nada de ella y le niega cualquier posibilidad de reconciliación.
"No sé ni donde vive ni dónde anda, de esto hace años", asegura la mujer, que explica que estuvo "en el cuartel ocho años" pero que no sabe qué hizo desde que salió. Sí sabe que actualmente concursa en 'Supervivientes', es un programa que le gusta, pero ha decidido no verlo: "No me he atrevido a ponerlo, prefiero no saber nada en absoluto, ni quiero".
"Bastantes calentamientos de cabeza me dio mientras la pude gobernar", recordaba Benigna, que anima a la periodista a que le pregunte a Yaiza los motivos: "Le pueden buscar la lengua y preguntar, mentir miente por un tubo. Es mentirosa como ella sola".
Pero ¿Qué ocurrió? La mujer estaba harta de que Yaiza "me trajera a la puerta hoy uno y mañana otro" con lo que le habría dicho que de la puerta de su terraza para dentro no quería a nadie más y menos en su habitación: "Jamás me ha dirigido más la palabra, pero no solo a mí, dejó de llamar a los hermanos y de visitarles. Es que no tiene contacto con nadie de la familia".
El episodio de los hombres no es el único que la mujer reprocha a la actual concursante de 'Supervivientes': "Estuvo viviendo en un apartamento que era de la hermana cuatro años y porque le dijo que le pagara aunque fuese la comunidad y los gastos, se largó, se lo destrozó todo. Yo lo siento, pero no quiero saber nada".
Por ello, Benigna ha tomado una decisión: "A ella no la cuento como hija". Tiene más hijos, asegura que a ninguno le ha faltado ni el respeto ni la educación y añadía: "Mientras yo la pude dominar, no era así".
Además, hace un dibujo de su hija como una mujer "que no gana si no para presumir", cree que la fama es lo que busca y "nada más" y vaticina que lo suyo con Ginés no será para toda la vida: "Eso le dura lo que el pasar de un pasamanos".
Por último, dejaba claro que no tiene intención de acercarse a su hija nunca y se niega a la reconciliación: "No, no, no. Ya son 43 años y a mí, que venga ya cuando no se pueda mover a despedirme, mi puerta no se la vuelvo a abrir".
Tan claro lo tiene que le ha dicho esto al resto de sus hijos: "El día que me muera, si veis que echa una lágrima, por mí ponerle un puñado de tierra en la boca".
Miriam ha visitado 'Sálvame', nos ha contado que su infancia estuvo llena de carencias con respecto a su padre y le lanzaba un reproche: "¡Vino a casa de mi madre con esa tía!"