Ginés Corregüela quería reconciliarse con su mujer cuando se reencontraron en Honduras, pero cambió de opinión nada más ver a Yaiza, su novia, pocos días después. Pero ¿Haría lo mismo si viera a Luisa, su otra pareja? Cristina Soria analizaba su comportamiento y daba otra posibilidad: “O le comería la cabeza para convencerla de que la quiere”.
Y es que la experta en lenguaje no verbal se muestra convencida de que Ginés es “un manipulador nato”. En su opinión, tiene “un nivel escaso de valentía” y prefiere “contentar” a todo el mundo para “salvarse”.
Cristina analizaba el momento en que Ginés se vio con su exmujer. Se saludaron con un abrazo de 1.40 minutos, con unos gestos que parecían esconder “afecto real”. De hecho, la agarraba de la nuca, un gesto que solo comparten personas con intimidad. Eso sí, Cristina apreciaba que a pesar de hacer el gesto de llorar y de intentar secarse las lágrimas, no han podido ver ninguna: “Hace que llora”.
En este caso no hubo contacto físico, de hecho, se rasca la nariz en un gesto que parece delatar un poco de desagrado: “El relato de Yaiza me recuerda a una madre que le dice al hijo lo que tienes que pensar y sentir”.
Y, finalmente, se produce el abrazo, pero llega tras más de cinco minutos de conversación.