Raquel Bollo está en el centro de la polémica: primero por sus problemas legales a raíz de una deuda de 30.000 euros y luego por su asistencia a los Goya, totalmente inesperada. Pero ¿A qué se debe la ausencia de Raquel Bollo en ‘Sálvame’? ¿Por qué decidió alejarse de la televisión? Dejó su puesto como colaboradora del programa en dos ocasiones.
La marcha de Raquel Bollo tuvo que ver con una información y una traición. Se trataba de una información que había facilitado uno de sus compañeros, en concreto, Gustavo González. Al parecer, fue el instigador de una filtración, un testimonio que le comprometía. Indignado, él negaba haber traicionado a nadie y decía que no había hecho más que lo que hacen otros colaboradores, también en su caso: “Esto se ha hecho aquí conmigo 40.000 veces”.
Por su parte, Raquel negaba estar “en estado de shock” y es que tenía muy clara cuál iba a ser su actitud fuera la información que fuera: “En mi vida sé todo lo que tengo que saber y en lo que se refiere a mi marido no tengo ningún problema ni nada por lo que temer”. Sin embargo, avisaba que se podría tomar acciones si la polémica le afectaba.
Pero no sabía si se trataba de Mariano, lo que sí sabía es que si la información aludía a sus hijos, sería la última que se diera con su presencia en el plató de ‘Sálvame’: “No voy a pasar ni una más. He pasado muchas (…) No puede ser cada dos semanas un palito”, se quejaba.
Días después, Gema López apuntaba que Raquel no había dado ningún ultimátum al programa pero Belén Esteban abordaba la ausencia de su compañera diciendo: "En el momento en el que se dice que no es sobre sus hijos, se apunta a su pareja y la gente puede pensar que ha habido un engaño y no es así. Entiendo que esté molesta y dolida".
No era la primera vez que se marchaba de ‘Sálvame’, Raquel Bollo ya dejó su puesto de trabajo anteriormente y regresó dos años después al programa. En aquel momento se declaraba “emocionada, feliz y nerviosa”.
En el tiempo que había pasado fuera, además de desconectar, Raquel había hecho un trabajo pendiente, acabar con antiguas luchas: “No tengo miedo porque ya no tengo fantasmas, por mi parte están enterrados, la guerra no la encontrarán porque dos no pelean si uno no quiere Ya no tengo fantasmas”.