Jorge Javier Vázquez arrancaba la tarde a las puertas de la casa de la madre de Íñigo Onieva. El presentador de ‘Sálvame’ se había desplazado hasta allí para darle la oportunidad de “redimirse”, contar su versión de la historia y demostrarla ¿Cómo? Con el polígrafo.
“Podría ser además de infiel, trilero de cabo a rabo”, decía el presentador de ‘Sálvame’. Se ofrecía como un hombro en el que confesarse y apuntaba: “Le vamos a dar la oportunidad de que se redima, nadie mejor que yo, un personaje conocedor de la noche y lo que comporta, para acercarme a Íñigo y tenderle una mano. Nadie mejor que yo lo va a entender”.
Así, podría responder a las polémicas que apuntan a que, además de haber sido desleal a Tamara Falcó, podría haber mentido en otros aspectos de su vida como el profesional. “He aquí la solución”, decía Jorge Javier abriendo el maletero del coche, donde veíamos un polígrafo.
“Conchita está en las instalaciones esperando a Íñigo Onieva por si quiere hacer una gran prueba de amor y decir ‘la quiero, estoy dispuesto a hacer lo que sea para demostrarlo”, le animaba Jorge Javier Vázquez.
Y, si no era Íñigo, su oferta se hacía extensible a las personas de su entorno más cercano que quieran contribuir a “limpiar su imagen”.