Después de narrar el calvario que empezó a sufrir cuando sus hijos volvían de pasar los fines de semana con su padre, Rocío ha hablado de cómo Antonio David manipulaba a la pequeña Rocío Flores, a la que “aleccionaba” para que le diera información de lo que estaba pasando en casa de su madre.
Según su propia versión, la niña no era la única "marioneta" del exguardia civil; también lo fue Irma, la tata que Rocío Carrasco contrató para ayudarla a cuidar de sus hijos en el año 1999 y que también se aprovechó de su imagen pública.
En un momento dado, Irma le confesó que había tenido una reunión con Antonio David Flores y que éste le había ofrecido "dinero por ir a hablar en el programa "Tómbola" y un móvil para poder comunicarse con ella sin que se enterara su exmujer. Como la tata se lo había confesado por su propia voluntad, Rocío decidió darle una segunda oportunidad y no la despidió.
Sin embargo, Irma volvió a romper su confianza, y de manera definitiva, cuando acusó públicamente a Fidel Albiac de maltratar a su pareja. En el programa de María Teresa Campos, en el que ella trabajaba, Rocío dejó bien claro que Fidel "nunca" le había puesto "una mano encima", sino todo lo contrario.