Rocío Carrasco ha guardado silencio durante 20 años. En este tiempo su ex, Antonio David Flores, ha dado su versión de los hechos y muchos medios y periodistas han comprado esa versión. A partir de esta noche la historia se reescribe con el testimonio de la única persona que faltaba por hablar: la protagonista.
Rocío se ha colocado frente a la cámara y, con la fuerza que no ha tenido durante estos últimos años, ha contado en 60 horas de entrevista todos los acontecimientos que han marcado su vida personal, desmontando una a una todas las mentiras que considera se han dicho sobre ella.
Rocío Carrasco nos narra una historia desconocida hasta ahora donde ella se considera la víctima y donde nos contesta por fin a todas esas preguntas que durante tanto tiempo nos hemos hecho sobre ella. Rocío resurge de sus cenizas para contar su verdad, para “seguir viva”.
Los primeros instantes del capítulo cero, con el nombre ‘Como las alas al viento’, comenzaban con Rocío Carrasco llorando y asegurándole a su entrevistadora que estaba muy nerviosa pero que enfrentarse a esta entrevista es algo que tenía que hacer y que se debe a sí misma y a las personas que la quieren y están a su lado, como su marido, su suegra o sus amigos.
Rocío ha explicado que todo este tiempo ha estado callada porque hasta ahora no se ha sentido capaz de verbalizar y asimilar lo que le estaba sucediendo: “He llegado a tocar fondo y cuando he tocado el fondo me he dado cuenta de que no podía seguir de esa manera”.
Rocío ha confesado que lo que ha contado en el documental se lo ha contado a muy pocas personas porque no le gusta despertar sentimiento de pena porque se considera fuerte, pero que lamentablemente se lo ha tenido que contar a muchos médicos, jueces y personas de servicios sociales.
Rocío no ha podido reprimir las lágrimas al hablar de las veces que ha tenido que escuchar cómo se le llamaba mala madre, ya no solo por la calle, si no también en los medios de comunicación: “Me lo han dicho tanto que me han hecho dudar, nunca se han planteado si las palabras de Antonio David eran ciertas o no, y mis hijos se han quedado día a día con esa idea, con la idea de que soy una mala madre (…) Mi hijo es especial y yo sé que a mí mi hijo me adora, pero no se le permite (…) Yo sé que él es, por su situación, un niño que se amolda y que es feliz de por sí, yo sé que él me ama y eso me da tranquilidad, pero Rocío creo que sí piensa que soy mala madre”.
Rocío, tremendamente dolida, ha relatado que han llegado a llamarla puta por la calle y que muchas personas la han increpado preguntándose cómo podía estar sin sus hijos.