En febrero del año 2000, Rocío Carrasco y Fidel Albiac sufrieron un aparatoso accidente de tráfico mientras viajaban. Iban en un coche que era de su propiedad pero que, tras la separación, se había quedado Antonio David Flores. Le pidió hacer un intercambio de coches y, para su sorpresa, se hizo de manera rápida. Rocío y Fidel fueron a comer y, a la vuelta, es cuando se topan con un coche que va en dirección contraria al tomar una curva. Fidel gira el volante y al enderezar, el auto no reacciona. Es entonces cuando tiene lugar el siniestro.
Trasladan a Rocio en helicóptero al Hospital 12 de octubre. El accidente fue el día 12 y el 14 es el cumpleaños de Fidel. “Yo recuerdo que no veo, que estoy en una camilla moviéndome y soy consciente que tengo una mano agarrada que es la de mi madre. Sé que estoy bien, abrí el ojo, vi a mi madre y ella me da un beso. Le decía yo estoy bien y preguntaba por Fidel, quería saber cómo estaba. Me dice está aquí mi vida, lo llaman, él vino se me puso aquí, me dijo ‘estoy bien no te preocupes’ y le dije qué día es hoy, me dijo es 14 y le dije felicidades, y ahí me quedé inconsciente otra vez". Cerró los ojos y quedó en coma dos semanas.
A Rocío la indujeron en coma por un traumatismo craneoencefálico y no volvió a despertar hasta dos semanas después. Durante ese período de tiempo, su familia no se lo puso fácil a Fidel: “Mis padres hacen que lo atendieran mínimamente, no lo dejaron ni 24 horas en observación que era lo mínimo después de un accidente así. Mi madre le dijo que era mejor que se fuera del hospital. A lo que él le contestó ‘cuando tu hija abra los ojos y me diga que lo haga’. Lo hicieron porque pensaban que me iba a morir, sino no tiene ninguno cojones a sacarlo del hospital. Ellos pensaban que no iba salir, le culpan a él del accidente pero ¿ninguno es consciente que él venía conmigo? Qué humanidad. Eso no se hace”.
Además, a Fidel también le echaron de la casa: “En ese momento iba a vivir en mi casa, que era la suya, pero como lo sacaron… hay fotos de mi padre, Ortega Cano y Amador sacando una maleta de mi casa. No tuvieron que hacerlo, era mi casa”, lamenta Rocío. Fidel se va ese tiempo a vivir a casa de Antonio Canales, tenían relación con la familia desde hacía muchos años. Iba las mañanas al hospital, se iba para comer, a la tarde volvía y a la noche regresaba a casa. Durante todo el tiempo que estuvo en el hospital.
Añade que Fidel se dio cuenta de que el chófer, José María Franco, era quien le pasaba información a Antonio David Flores: “Fidel le lleva a un piso que tenía, saca el sueldo, se lo da y le dice ‘de momento, hasta que Rocío no se despierte, finiquitao, no tienes que venir más’.
Cuando tuvo lugar el accidente, Antonio David Flores ya no era pareja de Rocío, pero él quiso sacar provecho. Así nos lo cuenta: Al parecer, él había pactado unas fotos con el paparazzi Pablo González en las que él aparecía llorando por el accidente de la madre de sus hijos y retrasaba su visita al hospital porque, sino, ese material no tenía validez: “Eso le sirvió para hacer caja”. Por si hay dudas, se aporta una prueba de audio en la que el paparazzi lo reconoce todo. Añade que a él sí que lo tenían que haber echado del hospital pero “no tenían huevos ninguno porque sabía lo que podía contar de uno y de otros”.
Tras dos semanas en coma inducido, Rocío abre al fin los ojos: “En el momento que abro el ojo quien manda es la menda lerenda. Cambio todo, determino todo, quién entra y quién no. Todo”. Además, Rocío aprovecha para desmentir todas las barbaridades que se dijo con respecto al accidente y admite que, a raíz de ese hecho, cambia la relación con su padre.