Al inicio del tercer programa de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva' Carlota Corredera leía un comunicado de los productores y ejecutivos máximos responsables de la serie documental en el pretendían dejar clara la verdad sobre la forma en la que se había fraguado el documental y acabar así con los bulos acerca de las negociaciones y las desorbitadas cifras de las que en otros medios se ha hablado.
"Desde que se supo que Rocío Carrasco había decidido hablar tras 20 años de silencio hubo quienes la volvieron a victimizar automáticamente y la atacaron con el argumento de que lo hacía por dinero y lanzaron cifras escandalosas para menoscabar su credibilidad (...) Varios medios de comunicación de este país se han recreado en esa mentira multiplicándola sin ni siquiera contrastarla y repitiéndola incluso cuando había sido desmentida oficialmente (...)
Nos gustaría dejar claro que desde el primer contacto Rocío Carrasco nos dijo que quería hablar únicamente porque necesitaba contar su historia públicamente y porque se lo había recomendado el equipo de psicoterapeutas que la trata como parte de su recuperación (...)
Ni ella ni su marido Fidel Albiac pidieron dinero a esta cadena o a esta productora, jamás nos exigieron nada a cambio, ni dinero ni ninguna otra contraprestación, solo querían que ideásemos un formato que le permitiera explicarse con libertad y sin ser interrumpida ni juzgada (...) Fuimos nosotros los que consideramos que Rocío tenía que recibir una contraprestación por la intensa labor desarrollada en las cuatro semanas de rodaje".