Cuando Rocío Carrasco le comunica a Antonio David Flores que se quiere separar de él, le advirtió que se iba a arrepentir, tal y como vimos en el final del anterior episodio de ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’. Cuando comunicaron esta decisión a su familia, él rompió a llorar ante la Jurado: “¿Ves? No me quiere, se ha aburrido de mí, me ha usado, ya no le sirvo. Mi madre, en un principio, se compareció de él, se apenó de verlo así, se ablandó. Él se queda llorando y mi padre me dijo hazlo, pero no ahora, deja que se le pase, te va a hacer la vida imposible. Y le dije que no iba a esperar más tiempo”.
Peor fue la cosa cuando se lo comunicaron a la familia de él, pues su madre comenzó a decirle lo mismo que su hijo le había gritado la vez anterior: “Una de sus hermanas tuvo una reacción más fuerte, no verbal, le paré en seco, le di un repaso y la cosa quedó ahí". Tras esto, ella se sintió satisfecha porque había sido honesta”. Tras esto, comenzaron a salirle a Rocío supuestos amantes.
Cuenta Rocío que tuvo una reunión de amigos en casa y que lo pasaron bien, vieron una película hasta que todos se fueron. No sabe qué le dijeron a Antonio David, pero se presentó esa casa a las 7:30 de la mañana: “Él entra en casa gritando ‘dónde está’. Yo bajé y dije qué está pasando. Ocurre un hecho que es que bajo las escaleras, estoy en el segundo peldaño, había una estatua, una réplica del monumento de mi madre, él me pega un empujón y yo me doy con la estatua y se rompe uno de los dedos de la estatua. Él se va. ¿Qué era lo que quería? Una foto de ese chico saliendo por mi casa”. Pero eso no pasó.
Vemos algunas imágenes de Antonio David hablando de este hecho en distintos platós de televisión pero ella tiene algo que decir: “Sobre ese episodio ha contado varias versiones. Cuenta que me pilla con este chico en la cama, otra que se pase por toda la casa buscando a esta persona y que en el único sitio donde no miró fue en la habitación del servicio, otra versión en la que no dice que es Parra, sino que es Fidel”.
Pero Rocío tiene un as bajo la manga y aporta una prueba crucial: un acta notarial con una declaración de la mujer del servicio que trabajaba en aquel momento en la casa familiar. Ella nunca le dijo que había tenido escondido a nadie y que Flores dejó la puerta abierta adrede para que los fotógrafos vieran. También cuenta que Antonio David le ofreció un trabajo al día siguiente y que ella lo rechazó y que le daría dinero para que se marchara a Santo Domingo si apoyaba su versión”.