Desde el primer instante en el que Rocío Carrasco vio a Fidel Albiac supo que “antes o después ese chico era para ella”. Rocío estaba comiendo pipas en el patio del chalet de su casa cuando vio pasar a su amiga Rocío Mestre con el que por aquel entonces era su chico.
Sin embargo, y aunque lo suyo fue un amor a primera vista, Rocío no comenzó su relación con el sevillano hasta que este estuvo soltero, en contra de lo que Antonio David ha contado durante años. Rocío y Fidel comenzaron entonces una historia de amor que dura hasta hoy y por la que han tenido que luchar contra viento y marea.
Rocío está convencida de que Fidel supuso una tabla de salvación para ella, “la luz tras la oscuridad”. Rocío ha explicado que, aunque el tormento con Antonio David y sus hijos lo ha sufrido ella, Fidel también lo ha pasado muy mal por los problemas de su mujer. Desde aquel momento, Rocío y Fidel se convirtieron en objetivo de la prensa, de los rumores y de los ataques de los que veían en su relación un interés económico por parte de él.
Rocío ha dibujado una sonrisa en su cara al recordar cómo era la relación de Fidel con su madre, la gran Rocío Jurado:
"Una de las veces que Fidel vino a verme en fin de semana decidí presentárselo a mi madre y contarle que estaba saliendo con él (...) La impresión fue buena porque además se dio cuenta desde primera hora cómo él era conmigo y sobre todo cómo era con sus nietos".