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Nerea y Edi sumaban solo el 12 % de los votos

Se preveía que las dos salidas de la casa que se producirían anoche serían dolorosas. Independientemente de la valoración que merezcan los finalistas a cada cual, salir con un 4 % o 5 % de los votos es una humillación solo comparable al 3 % de Jorge. Entre los tres primeros finalistas en quedarse descolgados en la recta final suman tan solo un 12 %, justo el porcentaje siguiente de los más bajos. Obsérvese que no hablo de expulsados porque siempre me ha parecido un error decirlo así cuando se está votando en positivo. Nadie ha votado para expulsar a Nerea o a Edi, sencillamente han sido eliminados al ser los menos votados. Muy poco votados, como digo. Con la salida de Edi abandona la casa también su palillo de la boca. Se separa así una de las parejas más estables. Hagamos un minuto de silencio por el palillo.

De los datos conocidos sabemos que los fandoms de algunos concursantes han estado jugando al despiste. Algunos han estado diciendo que los azules dividían el voto porque estaban dándole muchísimo apoyo a Edi. Lo mismo se está diciendo sobre la dupla Óscar-Ruvens, entre los que estarían repartiendo votos para asegurar que los dos llegan a la final. Ni acaso a todo esto, son cantos de sirena, burdos engaños destinados a los incautos que todo se lo creen. Está claro que el fandom azul ha optado por hacer ganador a Óscar, a pesar de su falta de pedigrí como miembro de ese grupo. Por eso se ha de entender que el fandom rosa apoye a Juan. Lo de que ha sido un mueble todo el concurso, siendo cierto no cuenta ahora. Se trata de que ganen unos u otros, y en la lucha final casi todo está permitido.

Todos han cambiado en estos cien días

Se permite incluso seguir machacando a una exconcursante que ya no está en el juego y que lo ha dado todo para el programa. Gran protagonista de la edición, por lo menos al mismo nivel que Óscar o Ruvens (personalmente creo que por encima de este último). Por eso pienso que se le debe un respeto y evitar abucheos a quienes han sacado la edición adelante. Ahora lo que se lleva es decir que ya no es la misma, a lo que se apuntó anoche la madre de Ruvens. Pues claro que es otra. Los cien días en esa casa (como los del segundo reinado de Napoleón) son muchos más en la vida normal. Por muy mal que caiga Maica, con un poco de empatía se puede llegar a entender que si a una persona se le machaca con mentiras y por motivos absurdos durante semanas, y cuando sale es más de lo mismo, lo normal es que cambie el carácter y deje de ser la mujer dulce que conocimos. Huye de quienes reclaman mujeres dulces y sumisas. A mí esta Maica me gusta más (lo mismo decía el otro día Ruvens). En lo que no me gusta y no ha cambiado nada es en su poca capacidad para defenderse. Eso ha sido básico para no llegar ni a finalista. A estas alturas alguien debería decirle a Maica que es “tergiversar”, no “trasgiversar” ni otras alternativas igual de horribles.

Se despedía Jorge desde plató y Ruvens alababa el buen tono que había tenido con todos. Tampoco lo tenía muy difícil porque se enemistó con mujeres (solo mujeres) que ya no están en la casa. Sea como sea, no es propio de Ruvens que le parezca bien una despedida sin chicha ni polémica. Parece que no es Maica la única que ha cambiado, porque si algo me había convencido de este concursante es que remase siempre a favor del espectáculo. Prefiriendo una despedida tan sosa como la de Jorge a Maica poniéndole dinamita me ha decepcionado. Y si piensa que lo de Maica no fue dinamita, que se lo compro, al menos sí tuvo unas vueltas al pimentero.

También ha cambiado de opinión respecto a las últimas “fresis” en ser expulsadas. Anoche aseguraba que Nerea no es “fresi”, pero se da el caso de que no nominó mil veces a Maica ni a Daniela. Sin embargo, forró de puntos a Laura, Manu, Edi, Óscar y a él mismo. El argumento de Ruvens para no considerar que Nerea fuera al menos un poquito “fresi”, digamos rosa palo, es que “es buena persona”. Pero me he hartado de escuchar a este mismo concursante que Maica no le parecía mala persona. Lo ha dicho de todas las formas posibles, en positivo: “Es buena persona”; en negativo: “No es mala”; de manera más coloquial: “Es buena tipa”, con hipérbole y localismo: “La zagala es muy buena”. Y así.

Ruvens cambia (a peor) y Óscar va mejorando su personaje cada vez más antipático. Le felicitaría si estuviera seguro de que realmente quiere resultar más cargante todavía. Ya daba rabia cuando afirmaba aquello de “yo no critico, me desahogo”. Pues bien, ahora riza el rizo con esta otra: “Yo critico con buenas intenciones”. Es el salto mortal con doble tirabuzón menos arriesgado nunca visto, porque mucho me temo que nadie hace caso ya a las cosas de Óscar. Es totalmente respetable que quisiera casarse con Maica desde el segundo día de concurso. También respeto su afirmación de que tuvo conocimiento desde el principio de lo teatrera y farsante que era. Me permito decir que respetando lo esquizoide de sus argumentos, no termino de entender que desee casarse con una mujer teatrera y farsante. Esa faceta masoquista de Óscar no la conocía.

Inexplicable lo de las parejas

Puestos a no entender, hace tiempo renuncié a intentar meterme en la psicología de parejas como la formada en la casa por Violeta y Edi o la que venía de fuera entre Nerea y Luis. Luego hablaré de estos últimos, sus madres y hasta la abuela de ella, que ayer entró en la batalla con el bazoka en sus manos y el machete entre los dientes. Pero que la otra pareja tuviera un amago de ruptura la noche anterior a la penúltima gala (la de anoche) se me escapa por completo. No me apetece ni recordar el motivo de la disputa.

Me pasa con Violeta y Edi lo mismo que cuando veía a Nerea abroncar a Luis, que de la pereza me fijo en el lenguaje corporal más que en las palabras. Y esta vez lo que vi fue a Edi en la cama de espaldas a Violeta, sin responder siquiera a sus preguntas. Me acuerdo cuando Óscar decía de Ruvens aquello de “tiene miedo” y creo que puede ser aplicable a Edi. La cercanía de la final ha podido con él y según se iba acercando el momento ponía más piedrecitas en las ruedas para impedir la buena marcha de la relación de pareja.

Nerea y Edi fuera del juego

Con Edi puedo parecer tan voluble como me han parecido Ruvens y Óscar durante el concurso. Por un lado creo que ha sido un buen concursante, posiblemente el mejor entre quienes pasaron por el grupo de los azules y, seguramente, mejor estratega que Ruvens (como dije ayer en su daguerrotipo). Pero, por otro, creo que le ha perjudicado el machismo por el que quiso tapar unas palabras inaceptables de Adrián, así como el tono despectivo y desconsiderado que empleó con quienes consideraba sus rivales (aunque sus compañeros de grupo también lo eran). Repito que no llega muy lejos quien hace daño conscientemente. En su misma situación estaría Ruvens, aunque de Óscar no me atrevo a hacer juicio de intenciones, porque las suyas siempre son buenas, como afirma él mismo. El encantador de serpientes, ese mago transformado con frecuencia en tahúr del Misisipi, no pretende hacer daño a quién tanto sigue queriendo. Y si lo hace, al día siguiente no se acuerda.

A Nerea la ha castigo su poca trascendencia en el concurso y lo cansino que pudo llegar a resultar que tuviera una discusión casi diaria con su novio. Pero tampoco merecía que la noche de su salida de la casa le formasen el lío en plató entre su madre, la madre del novio (ausente) y hasta su abuela. Una vez informada de que su madre y su suegra no se hablan se enteraba de que Luis no se había dignado en saludar a la pobre yaya que estaba de público en plató. Estuvo bien Laura reclamando un poco de humanidad y que no le metieran más porquería en la cabeza a Nerea nada más salir de la casa. Las mochilas familiares que aportan a la pareja Luis y Nerea hacen complicado verle una buena salida a la relación.

Quedan cuatro y solo puede ganar uno. Bien el chico este tan gracioso que llama “criada” a la empleada de hogar (Óscar); el que acusaba a Maica de rechazar el abrazo de Óscar y ayer se lo quitaba de un empujón cuando le daba un abrazo tras saber que ambos siguen en el concurso (Ruvens); la más guapa, natural, sincera y con mucha personalidad (lo dice hasta en su vídeo para el casting) que no tiene claro si sale con pareja o no (Violeta), o el mueblaco que solo se sabe un baile (le pongan Chayanne o la Pantoja) y es para muchos la última esperanza blanca de que no gane un azul (Juan). La cosa está muy complicada y yo estoy por darme al té con hielo (por decir), único consuelo que me queda.

Moleskine del gato

Los últimos porcentajes ciegos conocidos antes de la doble expulsión de anoche eran estos: 36 %, 27 %, 16 %, 12 %, 5 % y 4 %. Y una vez expulsada Nerea quedaban de esta forma: 37 %, 28 %, 17 %, 12 % y 6 %. Se había repartido un punto de Nerea entre cuatro de los finalistas restantes. Veremos cómo queda la cosa ya con los cuatro concursantes que llegarán a la semifinal del próximo martes.

En el vídeo de hoy recopilo algunos de los mensajes más absurdos que me han llegado últimamente en redes sociales.