El propio Albert Solà es quien cuenta en este documental sobre su vida que fue un agente del CNI quien le propuso hacerse una prueba de ADN para comprobar si efectivamente el rey emérito era su padre biológico. Solá explica que este agente se puso en contacto con él, le tomó una muestra de ADN y después aprovechó la presencia de Don Juan Carlos de Borbón en la cumbre iberoamericana celebrada en Chile en 2007 para coger un vaso utilizado por el entonces monarca.
Esta historia es corroborada por el expropietario del laboratorio de Lleida en el que se llevaron a cabo los análisis. Jaime Buj, genetista, explica por primera vez ante las cámaras cómo recibieron esa prueba anónima y cómo se les exigió que posteriormente fuera destruida:
"En una primera etapa vino una persona anónima y me pidió que realizase una prueba de paternidad con una prueba de ADN desconocida, se identificó como una prueba de paternidad positiva y así se dejó plasmado en un informe que se les entregó, inmediatamente se nos pidió que destruyésemos cualquier prueba del informe".
Jaime Buj asegura que en el laboratorio se borraron todas las pruebas del experimento realizado y simplemente se cobraron los honorarios por el servicio prestado: "En toda mi carrera no me han vuelto a pedir que destruya un informe completo, ¿para qué?".
Cuando la redactora de '¿Quién es mi padre?' le enseña a Jaime Buj una fotografía del agente del CNI que presuntamente le pidió hacerse las pruebas, el genetista cree reconocer en ella la misma persona que le encargó aquel misterioso trabajo: "Sí, puede que sea él".