La hora de la verdad ha llegado. Han sido muchas semanas conociendo a todos sus pretendientes y, después de haber alcanzado la gran final con sus dos favoritos, Miguel y Héctor, nuestra bachelorette ha tenido que enfrentarse a su decisión más importante.
Solo uno de ellos iba a ser el elegido. Héctor ha sido el primero en entrar en escena. Ambos se daban un abrazo y era él quien comenzaba a hablar. “La primera vez que te vi fue como vivenciar una estrella recién caída del cielo, irradiabas luz y calidez y tu belleza hablaba por sí sola”.
“Con el tiempo me pude dar cuenta de que todavía por dentro irradiabas más esa luz. Me llenaba de amor, de ilusión. Todo empezó bailando bachata y eso fue creciendo. Vi que nuestros latidos latían al mismo compás y vibrábamos en la misma sintonía. Pasaste a ser mi último pensamiento antes de ir a dormir y mi primero cada mañana. No me veo sin ti fuera. Gracias por quitarme el miedo a decir ‘te amo”, se sinceraba abriendo su corazón.
Tras escucharle al borde de las lágrimas, después era Sheila quien le expresaba lo que sentía: “Cada momento vivido contigo ha sido increíble. Pero a pesar de que en muchísimas ocasiones he pensado que tú serías mi persona, he tenido muchas dudas. He dudado de si nuestra vida fuera realmente fluiría de manera natural. Poniendo en una balanza todo lo que siento por ti, esas dudas e inseguridades pesan más”.
Héctor se quedaba paralizado. Ella le pedía mantenerle en su vida, “pero no como pareja”. Sus palabras le rompían y prefería marcharse sin despedirse: “Respeta mi espacio”. Momentos más tarde, ella no dudaba en acudir a su consuelo.
“Solo espero que haya sido desde el corazón. Creo que lo nuestro era muy de verdad. Si crees de verdad y sientes que esa es la mejor decisión, adelante. Sé libre, yo lo que quiero para ti es lo mejor”, le decía él antes de darse el que era su último abrazo.