Juan Pedretti, Miguel y Héctor se habían convertido en los tres finalistas y Sheila ponía rumbo a Santorini con todos ellos con un objetivo: poder aclarar sus sentimientos de cara a la final.
Durante el viaje, nuestra bachelorette iba a pasar días completos con cada uno de ellos en la romántica isla griega. El primero de ellos ha sido Héctor. Y, aunque en un primer momento confesaba tener dudas por lo que había ocurrido en la última ceremonia de la rosa, cambiaba el chip de inmediato para empezar a disfrutar.
Después de pasear por las calles de la ciudad, Sheila y Héctor se ponían los bañadores. Tocaba tarde de playa y, tras unas horas de deporte acuático y baños, ambos disfrutaban de un picnic en un lugar de ensueño.
Lo cierto es que, según avanzaban las horas, cada vez estaban mejor. Su complicidad aumentaba por momentos hasta tal punto que parecían entenderse únicamente con miradas. Y, tras un día de no parar, tocaba relajarse en un acogedor spa.
“Con Héctor me siento de una manera muy especial que es auténticamente yo”, decía nuestra bachelorette. Ambos coincidían en el maravilloso día que habían pasado juntos. Estaban sorprendidos porque ninguno de los dos se lo esperaba.
Ella le pedía que le cantara una canción: “Te echo de menos cuando no estás, ven conmigo a pasarlo bien, vamos a enamorarnos”, entonaba él. “Pues vamos a enamorarnos”, decía ella mientras no paraban de besarse.
En medio de tanta confesión, Sheila le daba un sobre y ambos descubrían que tenían la posibilidad de pasar la noche juntos si así lo deseaban: “No me quiero separar de Héctor, quiero alargarlo todo lo posible”.
Y, tras pasar esa primera noche juntos, nuestra bachelorette no podía estar más encantada: “La noche con Héctor ha sido maravillosa, ha sido especial, nos hemos conocido mucho más y estoy ‘in love”.