Carlos, Juan Pedretti, Miguel y Héctor. Cuatro pretendientes pero tan solo tres rosas. Sheila iba a eliminar a uno de ellos en la esperada ceremonia. Después de entregar la primera de ellas a Juan Pedretti, ocurría algo que nadie esperaba.
Convencida, cogía su segunda rosa para ofrecérsela a Carlos. El malagueño la rechazaba y decidía marcharse. Abandonaba su conquista y a nuestra bachelorette se le rompían todos los esquemas.
Después de pasar un rato a solas con Jesús Vázquez, Sheila volvía a plantarse en frente de sus chicos y les comunicaba la decisión que había tomado tras lo ocurrido.
“Miguel, Héctor… Yo esta noche no sabía qué hacer, os hubiera dado la rosa a los cuatro. Carlos ha decidido irse y os quiero preguntar si aceptáis estas rosas”. Sheila les lanzaba la propuesta llena de miedos.
“Yo sí”, contestaba Miguel. “Yo también”, se sumaba Héctor. Ambos se acercaban a ella para recibir sus respectivas rosas.
Pero algo no estaba bien. Sheila lo notaba en la cara de uno de ellos y se atrevía a preguntarle si estaba bien. “No me apetece ser el tercero en discordia, la verdad”, se sinceraba Héctor que, a pesar de haber aceptado su rosa, se encontraba sintiendo una mezcla de emociones.