Violeta Mangriñán ha vivido una angustiosa noche que ha terminado con una llamada a las urgencias médicas de un hospital. La exconcursante de 'Supervivientes', que se encuentra embarazada de cinco meses, ha querido narrar a través de sus redes el complicado episodio que ha vivido esta madrugada.
A través de sus stories de Instagram, la novia de Fabio Colloricchio ha detallado la que probablemente haya sido una de las peores noches desde que se quedase embarazada de su primer hijo.
A pesar de haber superado ya su primer trimestre de gestación, las molestias por el embarazo no han cesado. Síntomas que se han visto potenciados en las últimas horas y que han llevado a Violeta a pasar una noche horrible con aviso de urgencias a los servicios sanitarios. "Desde los primeros días de enero no estaba tan mal como anoche. A las tres de la madrugada no pude más y llamé a urgencias", relata con cara de cansada y explica que le "recetaron unas cápsulas masticables para cortar los ardores y las náuseas".
"Fui a comprarlas y, al llegar a casa, vomité muchísimo. Creo que vomité todo lo que comí ayer en el día. Me acosté sin tomarme la pastilla que me había comprado", continúa mientras confiesa que siente una gran debilidad en el cuerpo que impide que pueda moverse de la cama. "Me he tenido que volver a acostar. Me siento mareada y débil", añade mientras anuncia una retirada temporal de redes hasta que mejore su situación.
Hasta mediados del pasado mes de febrero, Violeta y Fabio quisieron mantener en secreto la noticia de su embarazo. Sus primeros meses de gestación fueron bastante complicados en lo que respecta a los síntomas propios que sufren tantas mujeres durante (sobre todo) los primeros meses. Nauseas, reflujo y vómitos que impiden a la joven hacer vida normal y que han vuelto a repetirse estos días.
Aun así, y a pesar de la debilidad que siente en estos momentos, horas antes de empeorar Violeta se mostraba resignada a sabiendas de que estas molestias son algo temporal y 'síntoma' de algo bueno: su embarazo. "Aunque no lo parezca estoy feliz y no me importa estar mal por Gala. Es un coñazo, no os lo voy a negar. Al menos ya no tengo que mentiros ni disimular cuando estoy mal, como hacía los cuatro primeros meses", asegura.