Terelu Campos ha echado la vista a un tiempo atrás en el que era una mujer casada. De su extenso currículum amoroso, la hija de María Teresa Campos ha recordado nostálgica el día en el que conoció al que fue luego su marido, Alejandro Rubio. Una relación de la que nació su única hija y para la que tiene ahora solo buenas palabras. De su fechazo, la boda y la posterior separación ha hablado la televisiva de forma exclusiva para la revista 'Lecturas'.
Lo primero que ha querido poner en el foco la colaboradora de 'Viva la vida' es que a día de hoy le unen muchas cosas a Alejandro, ese "hombre de carácter" como, por ejemplo, la educación de su hija. Y si para Terelu Campos la razón de que su matrimonio no funcionase fue que "ninguno de los dos éramos perfectos", ella se ha atrevido a admitir que, tal vez, le faltó paciencia y que que a día de hoy ve todo aquello de otra manera:
"En aquel momento creí que separarme era lo mejor, pero probablemente, no fue lo más acertado, con lo que sé hoy", ha expresado sincera la presentadora. Lo que ella ha sacado claro del pasado es que en la vida a veces se toman decisiones con las que hay que aprender a vivir y esa es una que a juzgar por su palabras le pesa un poco. Sin embargo, sin quedarse atascada en el pasado, Terelu está satisfecha de cómo ambos gestionaron su separación y la magnífica relación que mantienen ahora.
Con gran cariño la hija de María Teresa Campos ha recordado algunas anécdotas de su matrimonio. Desde el mismo reloj que ambos se regalaron el día de la boda y que ahora lleva con orgullo Alejandra Rubio o cómo fueron los primeros días de él como padre que no se despegaba del nido del hospital. "Alejandro no dejó que mi madre se quedase a dormir conmigo", ha admitido de lo pendiente que estaba él de sus chicas.
Y precisamente entre esos detalles que siguen clavados en su memoria está el día de su boda, aquel 14 de marzo de 1998. Una fecha que cumple diecinueve años el próximo mes de febrero, pero que Terelu Campos recuerda como si fuera ayer. "Fue uno de los más felices de mi vida", ha dicho la colaboradora de 'Viva la vida' acerca de lo que sucedió esa mañana tan lluviosa en la ciudad de Santander.
El alcalde de entonces, Gonzalo Piñeiro fue el encargado de oficial su boda y el lugar era de ensueño: el Palacio de la Magdalena, "¡menudo privilegio!", ha reconocido la hija mayor de María Teresa Campos. En ese enclave es donde se dieron el "sí, quiero" y a partir de ese momento "salió el sol y no llovería en todo el día", ha contado Terelu Campos.
Un final en aquel momento de lo más feliz para cerrar una historia de amor que se inició en el verano de 1997. "Fue un flechazo", tal como define Terelu de lo que sintió en un primero momento por Alejandro Rubio. Y, aunque ella quería que su boda con él fuera por la Iglesia no pudo ser porque, tal como ha contado, fue difícil para el empresario conseguir la nulidad eclesiástica de su primer matrimonio, aunque eso no empañó de ningún modo que fuese una ceremonia de lo más especial como ella recuerda.