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El proceso por el que ha pasado Patricia Pérez Iglesias parece que se acerca a su fin. La que fuera concursante de 'La isla de las tentaciones' se ha pasado media vida con un dolor que empezó en los tobillos y en las piernas y al que después de buscarle muchas explicaciones ha sabido qué nombre tiene: lipedema. Una enfermedad crónica y progresiva del tejido adiposo para la que próximamente va a operarse, pero que hasta llegar a esa decisión, le ha supuesto un camino angustioso y difícil.
Hace unos días, la que fuera tentadora de la segunda edición de 'La isla de las tentaciones' hablaba de que ya se había hecho el preoperatorio para zanjar un problema de salud que le ha llevado a sufrir mucho físicamente. Al principio no conocía su nombre y cuando lo supo le costó reconocer que se trataba de una enfermedad de difícil diagnóstico y que le hacía compararse todo el rato con otras mujeres.
A la prometida de Lester, le costó entender que no era normal lo que le pasaba y que detrás de esos dolores que sentía en las piernas había una explicación médica. "Pensaba que tenía celulitis o simplemente retención de líquidos, pero iba más allá de todo eso".
Por eso ahora que sabe cuál es su problema de salud al que va a ponerle pronto una solución médica, la exconcursante de 'La isla de las tentaciones' está tratando de visibilizar una enfermedad todavía bastante desconocida, aunque afecta en torno al 5 y al 7% de las mujeres a nivel mundial. Con el fin de arrojar todavía más luz sobre este tema que afecta exclusivamente a las mujeres, desde Outdoor hemos hablado con el doctor Gerardo Molina, médico en la clínica Gammacámara del Hospital HLA Vega de Murcia.
A él le hemos preguntado un poco más sobre este problema, sus síntomas y, principalmente, las dificultades que presenta en el día a día a las mujeres que como Patricia Pérez sufren la que se conoce de manera común como 'la enfermedad de la grasa dolorosa'.
Incómoda con sus piernas y esa sensación de dolor recurrente todas las noches ha sido uno de los secretos de la exconcursante de 'La isla de las tentaciones' que hasta ahora no había compartido con sus seguidores. Un dolor para el que hay una explicación muy concreta, pero cuyo diagnóstico no es fácil, según la opinión del médico consultado. "Es una enfermedad infradiagnosticada, que consiste en un trastorno crónico y progresivo del tejido adiposo, que se caracteriza por la presencia de depósitos grasos desproporcionados en las extremidades, afectando de forma predominante a los miembros inferiores".
La sensación de tener las piernas como columnas y el dolor que empeora por la tarde-noche, tal como explica el doctor Gerardo Molina, son los síntomas más visibles a la hora de su diagnóstico, pero no es una enfermedad a la que sea sencilla ponerle un nombre y de ahí que muchas mujeres pasen un calvario de médicos hasta dar con cuál es su problema y la solución.
Más allá de los dolores, el problema se extiende también al campo mental. Las mujeres a las que se les diagnostica de lipedema suelen sentirse mal y tratan de esconder sus piernas para que no las vean los demás. "Entre sus problemas del día a día están que huyen de las faldas y de los pantalones estrechos que les incomodan y les hacen pensar todo el rato en su alteración física", explica el especialista.
Y, no solo eso, apunta el doctor Gerardo Molina, el tener que hacer algunas actividades como correr o estar a pie quieto es doloroso para las pacientes que presentan esta enfermedad. "Tienen una mayor tendencia a la aparición de hematomas subcutáneos y el aumento de la sensibilidad en las zonas donde está el edema que también acaba pasando factura a nivel social. Se sienten mal físicamente y eso hacen que pongan distancias con los demás".
Lo que el experto puntualiza de esta enfermedad crónica y progresiva es que "aunque no tiene cura" hay dos maneras de combatirla. "Hay tratamientos que impiden que la enfermedad progrese o produzca complicaciones y la discapacidad que ello pueda conllevar". Según su conocimiento en la materia, hay dos vías de trabajo para lograr soluciones: una más conservadora y otra quirúrgica que es por la que ha apostado Patricia Pérez.
La primera vía responde a soluciones de tratamiento menos agresivas entre las que estarían: la dieta, ejercicio físico específico, uso de medias de comprensión y por último la presoterapia. Y, si tras estas opciones no se corrige o se nota mejoría en la enfermedad, tocaría lo que el médico considera medidas más drásticas o quirúrgicas, teniendo para esto dos tipos de cirugías:
"La liposucción tumescente (TLA) o liposucción asistida por agua a presión (Water-Jet Assisted Liposuction) que consiste en la infiltración de anestesia local en el tejido subcutáneo con grandes cantidades de líquido y que se usa para no dañar los conductos y ganglios linfáticos durante la liposucción. Se ha visto que mejora la calidad de vida", explica el experto.
Y no es la única forma de intervención, tal como añade. También está la escisión quirúrgica o "extirpación de los depósitos localizados de tejido lipedematoso que pueden llegar a formarse en estos pacientes, permitiéndoles una mejoría en la funcionalidad", puntualiza el médico. En el caso de Patricia Pérez, esta se ha sometido a las pruebas del preoperatorio lo cual indica que va a apostar por la cirugía y que posteriormente dará detalles de todo el proceso para animar a otras mujeres a enfrentarse a su 'enfermedad de la grasa dolorosa', pero a no hacerlo ya en silencio.