Maite Galdeano está atravesando un duro momento personal. La madre de Sofía Suescun ha tenido que hacer frente a una de las vivencias que más temía desde hace unas semanas. Y es que, a una de sus perras, Lucía, le dolía mucho la pata y han tenido que tomar la drástica decisión de sacrificarla. Tras este momento, la exconcursante de 'GH' ha llorado su dura pérdida y le ha rendido homenaje a través de unos stories en Instagram.
La madre de Cristian Suescun siempre se ha considerado una amante de los animales. Tal es así que cuenta con varios gatos y perros en la casa en la que vive con Kiko Jiménez y Sofía Suescun. Y aunque la familia Galdeano haya incorporado nuevos miembros perrunos en su vivienda, ha tenido que dar el último adiós a su preciosa rottweiler Lucía.
"Hoy mi corazón está roto. Mi niña Lucía ya está en el cielo", ha confesado emocionada mientras compartía vídeos recordando lo bien que se lo pasaban juntas. Rota de dolor, Maite Galdeano ha asegurado que "me hubiera ido contigo porque era mi deseo. Gracias por hacerme feliz. Mi mejor compañía", ha escrito la madre de Sofía Suescun.
Para Maite Galdeano, sus perros son imprescindibles en su vida. Unos valores que ha transmitido a Sofía Suescun, quién en más de una ocasión ha rescatado animales y se los ha llevado a su vivienda para que tengan un hogar. Es por eso que la ganadora de 'Supervivientes' está preocupada por su madre. "Verla realmente rota me mata", ha comentado la joven tras la dura pérdida que ha sufrido su madre.
Sin embargo, no todo son malas noticias. La familia Galdeano rescató a una preciosa perra, que se llama Thila, y a los pocos días se han encontrado con un detalle que no esperaban. Cada vez estaba más hinchada y se pensaban que era porque se estaba adaptando al cambio. Pero nada más lejos de la realidad, su nueva inquilina estaba embarazada y ya ha parido.
Y aunque la pequeña Lucía sea irremplazable, ahora podrán disfrutar de Thila y sus cachorros. Además, siempre tendrán presente a la pequeña Lucía ya que han querido que su huella quede grabada, para siempre, en cemento. Un gesto de amor que la familia Galdeano ha tenido con su rottweiler antes de darle el último adiós.