Se trata de su episodio más oscuro y siempre le cuesta recordarlo, pero por primera vez y para la revista Semana, Kiko Rivera ha confesado cómo se inició en el infierno de las drogas. Dentro de sus memorias el exconcursante de 'GH DÚO' ha decidido romper con todas las censuras que se había puesto, para dejar al descubierto cómo sucumbió a las adicciones con apenas 18 años.
Su primer contacto con la noche y ese mundo tan oscuro fue a punto de cumplir la mayoría de edad tal como ha revelado por primera vez para todos. Kiko Rivera tenía una oferta escandalosa por hacer un bolo en una conocida discoteca de Castellón y esa noche en la que fue la imagen del local ganó 25.000 euros y probó por primera vez la cocaína.
Ese dinero tan fácil pronto se multiplicó y al dj le empezaron a salir más bolos en las noches: "A lo largo de unos años estuve haciendo cuatro o cinco bolos semanales que me pagaban por esa cantidad", ha explicado Kiko. Eso le sirvió para saldar algunas deudas, pero sobre todo para disfrutar de inmensas fiestas que se podían alargar varios días y en las que Kiko despilfarraba cantidades ingentes de dinero.
"Todos aquellos excesos me dejaron arruinado", ha dicho y lo que es peor a su juicio, le obligaron a adentrarse en el mundo de la droga para poder aguantar el ritmo nocturno: "Empecé a consumir estupefacientes para permanecer despierto y poder trabajar" y así fue como esa solución que había utilizado pasó a ser un problema y de ahí una adicción.
La espiral de consumo en la que Kiko Rivera pronto se vio inmerso le trajo muchas consecuencias y no solo a nivel físico. "Mis hijos podrían tener el futuro resuelto", se lamenta, pero lo que en el fondo más le duele al finalista de 'GH DÚO' es que en el verdadero momento en el que le hizo falta el dinero no pudo tenerlo para ayudar a los suyos.
Kiko Rivera ha contado que se rodeó de un mundo superficial, dejó a su familia de lado y dilapidó todo el dinero que en un futuro hubiera servido para cambiar el rumbo de su historia. Esa es la pena que más siente el dj porque es consciente de que si no se hubiera convertido en un esclavo del derroche la situación de su madre hubiera sido muy diferente a su entrada en la cárcel y por eso "siempre viviré con la culpa", ha confesado con una gran sinceridad en su episodio más duro.
Tras esta etapa oscura, Kiko Rivera puede presumir de tener el cariño de una familia que le apoya en todo momento y de su gran pilar, su mujer Irene Rosales. La pareja se ha ganado el cariño y apoyo de todo el público tras su paso por la casa de 'GH DÚO' y han terminado de conquistar a la audiencia por mostrar en público una versión muy tierna y generosa de ambos.