Fani Carbajo siempre ha presumido de ser una mujer muy abierta. La exconcursante de la primera edición de 'La isla de las tentaciones' nunca ha ocultado a sus seguidores la excelente relación que mantiene con su hijo Emilio, a quien presentaba en sociedad hace tan solo unos meses. Ya en aquel entonces madre e hijo demostraron tener entre ellos una gran complicidad. Un vínculo que ambos han querido inmortalizar para siempre tatuándose en la piel el mismo dibujo.
Se trata de un símbolo de infinito acompañado por un pequeño corazón que ella luce en su muñeca y él en el antebrazo. Un tatuaje del que no han querido dar más detalles, pero cuyo significado parece claro: amor infinito.
En numerosas ocasiones, la novia de Christofer ha revelado que para ella el único y verdadero amor de su vida era su hijo Emilio. Desde que decidiera empezar a enseñar su rostro a través de su canal de mtmad, la también exconcursante de 'Supervivientes' y 'La Casa Fuerte' aparece en sus redes con bastante asiduidad con su retoño, fruto de una relación anterior.
Fruto de una relación anterior,Con él la podemos ver compartir numerosos momentos y también se ha convertido en protagonista de buena parte de sus publicaciones en redes. En tiktok, Emilio es además compañero de baile perfecto.
Ha sido ella misma la encargada de compartir en redes sociales este bonito a la par que polémico gesto, por el que a buen seguro habrá recibido numerosas críticas. Aunque cada vez existen mejores y efectivas técnicas para eliminar un tatuaje, estos están pensados para tener una amplia durabilidad.
En España la edad legal para realizarse un tatuaje es de 18 años. El hijo de Fani tiene 13. Aunque es cierto que con el consentimiento expreso de los padres los menores pueden tatuarse, la gran mayoría de tatuadores no lo recomienda hasta cierta edad (mínimo 15-16).
Más allá de la ética, o de los posibles y futuros arrepentimientos que pudiesen tener los jóvenes debido a su inmadurez, el principal motivo por el que se desaconseja tatuar a tan pronta edad es físico. Y es que, a esas edades, los niños como Emilio continúan aún desarrollándose y sus cuerpos – y piel – tienen que crecer todavía bastante.