Marieta, concursante de 'Supervivientes 2024', tiene ahora 23 años. Atrás ha quedado su adolescencia, un proceso por el que pasamos todos sí o sí, y que por lo general suele ser una época complicada para muchos. La ex de Álex Girona estudió auxiliar de enfermería cuando tenía 17 años.
Con 18 años se marchó a Madrid a estudiar lo que realmente le apasionaba, estética. Con su profesora, Almudena, entabló una bonita relación que aún mantiene hoy en día, a pesar de que se conocieron en plena adolescencia de la superviviente, tal y como explicó ella misma en su canal de mtmad, 'De pura raza'.
La exparticipante de 'La isla de las tentaciones', como adolescente era una persona muy exigente con ella misma, perfeccionista, enamoradiza, justa y un poco dramática. En clase era atenta, divertida y metódica que tuvo una adolescencia como cualquier otra persona, llena de amoríos y risas. ¡Así fue el pasado adolescente de Marieta en Madrid!
Con 18 años, en plena adolescencia, y tras terminar los estudios de enfermería, Marieta se trasladaba a Madrid a estudiar uno de sus sueños, estética. La joven llegaba a la capital para hacerse un curso de micropigmentación y buenas amistades.
La superviviente tiene una relación muy estrecha, con Almudena, la que en su día fue su profesora de estética en Madrid y con quien ha entablado una bonita amistad. Ambas recuerdan perfectamente el momento en el que se conocieron, en el que Marieta sacó la guerrera que lleva dentro.
La de Elche, llevaba unas cejas mal hechas y poco acordes con su edad y la profesora aprovecho la ocasión para ponerla como ejemplo. Marieta que no se corta ni con un cristal salto con un “¿qué estás diciendo de mis cenas?”, dejando ver que era una joven con carácter.
Pero además de una fuerte personalidad, como estudiante era una chica muy metódica, exigente y buena en su trabajo. “Marieta era una alumna muy exigente y si ella consideraba que algo le había salido mal, lo repetía”, aseguraba Almudena en el vídeo del canal de Mtmad de Marieta.
Durante el curso que realizó en la capital, Marieta se echó un novio que le traía por la calle de la amargura. No había día que la joven no fuera a clase con un drama nuevo que le hacía llorar y llorar. A pesar de navegar en plena adolescencia, Marieta disfrutaba compartiendo sus dramas con su por aquel entonces novio, convirtiendo las lágrimas en risas.
Además, Marieta era una joven impulsiva y también cabezona, no paró hasta que la profesora le hizo un lunar, de flamenca, que con el tiempo ha ido borrándose. Su profesora, la recuerda como “impulsiva y con carácter y reivindicativa” pues cuando algo no le parecía justo lo hacía saber.