Javier Ungría ha copado durante años páginas del mundo del colorín por su matrimonio y posterior separación de Elena Tablada. Sin embargo, el concursante de la actual edición de 'Supervivientes' y padre de Camila, su hija en común con Elena Tablada, cuenta con una interesante vida profesional que se ha labrado antes de convertirse en personaje mediático. Entre sus negocios se encuentran los restaurantes, asesorías y obras benéficas.
A pesar de que ahora se muere de hambre en ‘Supervivientes’, Javier es un amante de la buena mesa. El empresario es socio y cara visible de un conocido restaurante de Madrid. Se trata de “Haches”, situado en el corazón del Barrio de Salamanca, uno de los más exclusivos de la capital. Su carta se centra en cocina tradicional basada en producto, con influencias de diferentes gastronomías del mundo. Semanas antes de partir hacia la aventura Javier se asomaba a la cuenta de Instagram del restaurante para promocionar uno de sus platos estrella: el steak tartar.
Ésta no es la única inversión de Ungría: el ex de Tablada, que tiene estudios en Derecho y Administración de Empresas por la Universidad de San Pablo Ceu de Madrid, figura en el organigrama de varias empresas familiares dedicadas especialmente a la inversión y al asesoramiento para la compraventa de bienes inmuebles. Javier también ejerce de agente en la compañía Ungría Patentes y Marcas, que presta asesoramiento profesional para la protección de derechos intelectuales a importantes empresas de España, Europa y Latinoamérica. Al frente se encuentra su padre, Javier Ungría y Goibagorri.
Pero Javier tiene también utiliza su capacidad negociadora para el bien común. Hace dos años se enroló en una interesante iniciativa humanitaria que viajó hasta Ucrania y recorrió Europa por carretera para hacer llegar a España a varias familias afectadas por la guerra de aquel país y ayudarles a empezar una nueva vida en España en calidad de refugiados.
Conocidos en la jet-set madrileña, los Ungría siempe han sido muy discretos. Su tía Miriam protagonizó hace años varios titulares en prensa fue al contraer matrimonio el heredero al trono de Bulgaria, fallecido en 2015 tras estar varios años en coma por un accidente de tráfico. Su primo primogénito, el príncipe Boris, que ahora tiene 23 años, el heredero de los cargos nobles de su padre y primero en la línea de sucesión al trono del país balcánico.