Ángel Cristo Jr. se ha negado a participar en una de las últimas pruebas de 'Supervivientes' alegando padecer una enfermedad que podría "poner en riesgo el resto de su concurso". Según él mismo explicaba al presentador, sufre espondilitis anquilosante, enfermedad que afecta mayoritariamente a los huesos y las articulaciones de la base de la columna, donde esta se conecta con la pelvis.
El hermano de Sofía Cristo podría haber recibido este diagnóstico hace años, aunque hasta ahora, no lo había hecho público. Más allá de su negativa a participar en uno de los juegos del reality en el que participa, se desconocen los alcances y el grado de sus lesiones.
La espondilitis anquilosante es una enfermedad inflamatoria y sin cura, explican los expertos. Puede producir mucho dolor a quien la sufre; molestias que pueden aparecen y desaparecen por épocas, pero que están conforme la enfermedad progresa están presentes la mayor parte del tiempo.
Generalmente presente en más hombres que en mujeres, suele diagnosticarse entre los 20 y 40 años, aunque existen casos de espondilitis anquilosante temprana en niños de menos de 10 años. Ángel Cristo Jr., el primer hijo que naciera fruto del matrimonio formado por el domador de circo Ángel Cristo y la vedette Bárbara Rey, tiene 43 años.
Se trata de un tipo de crónico de artritis. Conforme la enfermedad avanza, las vértebras de la columna pueden llegar a fusionarse, provocando que esta sea menos flexible. Esto ocurre en los caso s más graves, donde el cuerpo, en un intento de sanar, puede llegar a formar nuevo hueso, acortando las distancia intervertebral y fusionando unas vértebras con otras. Esas partes de la columna vertebral se vuelven rígidas e inflexibles. La fusión también puede endurecer la caja torácica y restringir la capacidad y función pulmonares.
"Las articulaciones vertebrales tienden a soldarse provocando limitación. Inicialmente esta enfermedad provoca dolor, sobre todo lumbar o en nalgas y en su progresión provoca limitación de la movilidad", explica el reumatólogo César Díaz.
Los primeros signos y síntomas de la espondilitis anquilosante pueden incluir dolor y rigidez en la región lumbar y las caderas, en particular por la mañana y después de períodos de inactividad. Por ello, los expertos recomiendan fisioterapia y ejercicio físico moderado, que puede contribuir a mitigar los dolores, mejorar la postura y respiración (la cual también puede verse afectada si la enfermedad afecta a las costillas). Otros de los síntomas más comunes son el cansancio o el dolor de cuello.
"El dolor de la espondilitis anquilosante es de características inflamatorias, es decir que mejora con el movimiento y empeora con el reposo", incide el doctor.
No existe cura para la espondilitis anquilosante, pero los tratamientos pueden disminuir los síntomas y posiblemente hacer más lenta la evolución de la enfermedad. Generalmente suelen utilizarse medicamentos antiinflamatorios para reducir los dolores, aunque estos pueden no ser útiles para determinados pacientes.
Generalmente las personas con espondilitis anquilosante pueden hacer vida relativamente normal. En casos extremos, de dolor intenso o desgaste de las articulaciones de la cadera se puede llegar a recomendar el remplazo de la misma por una prótesis; aunque no es lo más habitual.
Los estudios estiman que 1 de cada 100 personas padecen esta enfermedad, tras la que podría haber un importante componente genético, ya que las personas con el "gen HLAB27 positivo tienen un mayor riesgo de padecerla".