Rocío Flores abre las puertas de su casa una vez más para enseñar un rincón único y especial para ella (y absolutamente impactante) que hasta ahora no habíamos visto y en el que ha integrado un curioso objeto que rompe con la estética zen y minimalista de toda la vivienda. La exconcursante de 'Supervivientes' vive en un piso situado en una exclusiva urbanización de Málaga. Una vivienda que cuenta con varias habitaciones, jardín, piscina comunitaria y una espectacular terraza de la que la joven y Manuel Bedmar no dudan en aprovechar al máximo siempre que pueden.
La colaboradora de 'El programa de Ana Rosa' y su novio tienen un particular gusto por la decoración zen. En su casa impera esta tendencia en todas y cada una de las estancias, donde los guiños al budismo están presentes en prácticamente cada rincón.
Con ello pretenden crear un ambiente tranquilo, de paz y descanso; donde las buenas energías contrarresten la vorágine que hay en el mundo exterior. Aunque Rocío ya había enseñado en alguna que otra ocasión el salón de su vivienda, su particular templo y altar era para el público general un auténtico misterio.
"Vida", ha escrito la influencer a través de sus redes sociales junto a una impactante imagen con la que la hija de Antonio David Flores y Rocío Carrasco no solo presume de este rincón de su casa, sino que también deja constancia de su gran y desconocida obsesión.
Sin renunciar a las cabezas de Buda que tanto hemos visto en las diferentes habitaciones y estancias de su casa, Rocío ha decorado este rincón de una forma muy particular. Una decoración que no ha pasado desapercibida por los extraños y llamativos elementos que son protagonistas de este particular bodegón del que no ha dudado en presumir orgullosa.
En él ha incluido una enorme calavera dorada que rompe completamente con la estética minimalista y zen que habíamos visto en otras estancias y que hace las veces de mesa auxiliar. También de esta tonalidad, una mesita mucho más sencilla, sobre la que descansan velas aromáticas, muy presentes en toda esta esquina.
Aunque sin duda y a pesar de que la llamativa mesa (disponible en la Maison du Monde al módico precio de 169 euros) consigue llevarse todo el protagonismo, llama la atención sobremanera la amplia colección de cachimbas de la que dispone la pareja. También las múltiples botellas de alcohol de diferentes tamaños y bebidas que se encuentran tanto en el suelo de la habitación, como sobre muebles y estanterías de pared y que Rocío Flores y Manuel Bedmar han decidido integrar como parte de la decoración del salón de su casa.