Tamara Gorro y Ezequiel Garay ya no están juntos como pareja, no obstante, se quieren mucho, se guardan un gran respeto y se apoyan como familia por el bien de los dos hijos que tienen en común: Shaila y Antonio. La pareja luchó durante años para formar una familia, ya que era uno de sus sueños y lo consiguieron. Shaila nacía en 2015 por gestación subrogada y el pequeño Antonio llegaba a este mundo en 2017.
Shaila tiene ya seis años mientras que el pequeño Antonio cumplirá cinco años a finales de años. A pesar de la separación de sus padres, los niños son felices y tienen la oportunidad de disfrutar de momento inolvidables junto a sus padres y haciendo planes con cada uno de ellos. Los hijos de la influencer y el futbolista llevan una vida normal como la de cualquier niño. Tanto Tamara como Ezquiel siempre han compartido fotos de sus pequeños desde que nacieron. ¡Analizamos cómo han crecidos los pequeños!
Tras más de tres años de lucha intensa, en busca de cumplir su sueño de formar una familia, nacía Shaila en 11 de octubre de 2015 en Los Ángeles. La hija de Tamara y Ezquiel nacía en un hospital de la ciudad americana por gestación subrogada. Ante las inminentes críticas que recibía la pareja, Tamara dejaba claro que «es mi hija biológica, es mi óvulo y su esperma».
La pequeña Shaila nacía 10 días antes de lo previsto en Los Ángeles, Tamara pudo asistir al tan ansiado momento del nacimiento de su hija. Ezequiel, tuvo que esperar un par de días para conocer personalmente a su hija ya que se encontraba en Paraguay concentrado con la selección argentina. Ambos daban la bienvenida al nuevo miembro de la familia con una imagen para el recuerdo.
La presentación oficial de la pequeña con sus padres, no se hizo espera. Los tres posaban sin ropa como una familia de los más normal. Tamara y Ezequiel, como buenos padres primerizos miran a su hija con ternura e ilusión. La pequeña Shaila posaba, la primera de tantas, con un pequeño lazo y arropada por sus padres.
A los cuatro meses de edad de Shaila, la familia nos sorprendía con un nuevo posado. Los orgullosos papás, primerizos, había hecho bien los deberes, Shaila, estaba muy mayor y con cierto parecido a su madre.
El primer año de los niños es donde más cambian y evolucionan, no solo su aspecto físico, sino que evolucionan rápidamente para convertirse en personas con personalidad y gustos propios. A los seis meses, Shaila había crecido mucho y era uno de esos bebés rollizos que dan ganas de mordisquear.
El primer año de Shaila, llegaba en un abrir y cerrar de ojos. La familia celebraba el primer año de la pequeña con una fiesta en el jardín, una tarta de ratones y madre e hija con un mismo atuendo.
Shaila siempre ha sido una niña coqueta, como su madre desde bien pequeña. Bolso en mano y de puntillas como si llevara tacones la pequeña ya sueña con lucir como mamá.
Tan solo dos años después del nacimiento de Shaila la influencer se quedaba embarazada por reproducción asistida y daba a luz a Antonio, su segundo hijo el 15 de diciembre de 2017. La pareja completaba así su familia y vivía una de las navidades más especiales junto a Shaila y el recién nacido Antonio.
La familia completa se reunía tras unos días en el hospital y presentaba al pequeño Antonio a la familia virtual que tiene Tamara en sus redes sociales. Una imagen que irradia paz y felicidad la mires las veces que la mires.
Tanto Antonio como Shaila han crecido y evolucionado juntos al llevarse tan poco tiempo. Han vivido, viven y vivirán grandes momentos de complicidad y aventuras. Sus Primeras navidades juntos fueron muy especiales, pues Antonio realmente fue un regalo.
El amor y la complicidad entre ambos hermanos es magnético desde el primer momento en el que se conocieron. Tanto Tamara como Ezequiel saben captar el momento y el amor que se tienen ambos.
En la playa, en casa, en un parque, empujando el carro, el amor de Shaila por su hermano es tal que los pequeños son inseparables.
Ambos guardan un parecido razonable con su madre. Tanto Ezequiel como Tamara tomaron la decisión de que los pequeños acudieron a la escuela infantil donde compartían tiempo con niños de su edad. Aunque como todo padre siempre estaban deseando recogerlos.
Los pequeños han tenido la oportunidad de crecer con sus padres, que han intentado siempre, no perderse las cosas importantes de su vida. Sus primeras risas, sus primeros pasos…
Shaila y Antonio siguen creciendo felices y rodeados de su familia. Tanto Tamara como Ezequiel, no tienen problemas en hacernos partícipes del crecimiento de sus hijos.
Shaila se ha convertido en toda una señorita y en la niña de los ojos de Tamara, que además sin ella saberlo es uno de los pilares de la inflluencer que está atravesando un duro bache en su vida.
Antonio, es todo un hombrecito, feliz y sonriente. Los cuatro forman una familia envidiable y esperamos que continúen en su búsqueda incansable de la felicidad y nos lo cuenten todo.