Las dos bodas de Tamara Gorro y Ezequiel Garay: vestidos e invitados
La pareja se ha casado en dos ocasiones y ambas de impoluto blanco
Su primera boda fue en Alcalá de Henares en el año 2012 tras dos años de noviazgo
En 2018 Tamara Gorro y Ezequiel Garay escogían Maldivas para su segunda boda
Tamara Gorro y Ezequiel Garay han sido una de las parejas más consolidadas hasta que decidieron poner punto final a su historia como pareja para continuarla como familia junto a sus dos hijos Shaila y Antonio.
Futbolista e influencer estuvieron juntos dos años hasta que decidieron pasar por el altar en 2012. Una boda veraniega celebrada en Alcalá de Henares, en plena ola de calor. Ambos escogieron el color blanco para dar el 'sí, quiero' más importante de sus vidas ante sus cerca de 300 invitados.
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Calesa tirada por caballos, ambos vestidos de blanco en los dos atuendos que escogieron para la ocasión, invitados de excepción y bailes hasta el amanecer, así fue la primera boda de Tamara Gorro y Ezequiel Garay.
Dos veces se ha dado el 'sí, quiero' la pareja. Tras sellar su amor en 2012 volvían a hacerlo en Maldivas en 2018. Una boda íntima con los pies en la arena que solo tiene en común con la anterior a los novios y que ambos volvían ir de blanco impoluto.
¡Nos colamos en las dos bodas de la colaboradora y el futbolista para analizarlas al detalle!
La primera boda de Tamara Gorro y Ezequiel Garay
La pareja se conoció en Madrid en 2010 cuando Ezequiel vio a Tamara en la televisión y supo que era para él. El futbolista consiguió su teléfono y tras varias citas consiguió enamorar a una temerosa Tamara. Tras dos años de noviazgo y viviendo a galope entre Madrid y Lisboa, se casaron en Alcalá de Henares en 2012.
El lugar elegido para el evento fue la finca 'El Olivar' en Alcalá de Henares. Una romántica finca con diferentes ambientes que hizo las delicias de los novios y de los invitados.
El 24 de junio, en plena ola de calor, los novios llegaban al lugar de la ceremonia en calesa. Ambos vestidos de blanco estaban pletóricos y deseando celebrar la ceremonia que les convertiría en marido y mujer.
La novia cumplió con la tradición de vestirse de blanco. Eligió para la ocasión al modisto Manuel Mota, quien le confeccionó el vestido de sus sueños. La novia con un vestido de encaje de cola, corte sirena, escote palabra de honor y un chal de gasa con encaje en el mismo tono del vestido, estaba espectacular.
Para la ocasión la colaboradora optó por un recogido con un tocado discreto de plumas. Un maquillaje sencillo y unos pendientes de brillantes ponían la guinda del pastel a look de novia de Tamara.
Para el banquete la influencer hizo uso de un segundo vestido también palabra de honor y con cuello alter, escogió para acompañarlo un tocado algo más atrevido que en la ceremonia
La novia no fue la única en vestirse de blanco. Ezequiel sorprendía a su pareja e invitados con un traje blanco inmaculado firmado por el diseñador Félix Ramiro. El futbolista daba el 'sí quiero' con un pantalón, chaqueta, camisa, corbata y hasta zapatos en blanco. Igualmente cambiaría de traje, pero no de color para el baile.
Los novios estuvieron acompañados por sus casi 300 invitados, entre los que cabe destacar a Kiko Rivera junto a una embarazadísima Jessica Bueno, la ex gran hermana Sonia Arenas p Kiko Matamoros junto su por aquel entonces Makoke. En total, una lista interminable de invitados de los más exclusivos.
El vestido de la segunda boda en Maldivas de Tamara Gorro
Seis años después de su primer enlace la pareja viajaba a hasta Maldivas para volver a casarse. En esta ocasión fue una boda en la intimidad, descalzos, con los pies en la arena y mucho menos protocolaria. La propia Tamara anunciaba sus segundas nupcias con esta imagen en Instagram.
La pareja renovó sus votos tan solo unos meses después de que naciera su segundo hijo, Antonio. ¿La fecha elegida? El 7 de junio en unas vacaciones paradisíacas de la pareja en Maldivas. La novia llegaba al improvisado altar de blanco y justo en el momento en el que el sol de ponía en el mar. ¡Un momento inolvidable!
La novia escogía un vestido largo, playero, con un toque ibicenco y un largo pañuelo en la cabeza que hacía las veces de velo. Para la ocasión Tamara también elegía unos pendientes grandes largos que iluminaba su belleza. Ezequiel volvía a elegir el blanco, esta vez algo más favorecido, con un pantalón y camisa de lino.