El secreto de los trajes de flamenca de Susana Molina, contado por Leticia Lorenzo, su diseñadora

  • Hablamos en exclusiva con Leticia Lorenzo, la diseñadora de muchos de los vestidos que luce Susana Molina en la Feria de Abril cada año

  • El traje flamenca de lunares verde aguamarina que ha llevado este año a la Feria de Sevilla es exclusivo

  • La modista y la ganadora de 'GH 14' se conocen desde hace años, aunque Lorenzo desconocía su faceta televisiva

La Feria de Abril está a punto de terminar dejando auténticos lookazos para el recuerdo. Susana Molina, con permiso de las sevillanas y de todas aquellas andaluzas y flamencas de corazón, ha sido una de las mejor vestidas de esta edición. Parte de esa ‘culpa’ la tiene Letizia Lorenzo, diseñadora en la que confía desde hace años, que se ha encargado de confeccionar uno de los trajes de gitana que más éxito ha tenido y que hoy nos cuenta el secreto que esconden sus vestidos de flamenca.

Leticia ha vestido a Cristina Porta y a varias referentes locales, sin embargo, para ella es mucho más importante que sus trajes de flamenca los luzca gente que de verdad vive la Feria que el número de seguidores que puedan tener en Instagram.

“Quiero vestir a flamencas de verdad. Gente que venga, se vea guapa y la disfrute, no que venga a hacerse una foto y se va. Para mí es más satisfactorio que venga mi clienta de calle, que alguien que luego se hace una foto y no pisa la Feria”, cuanta mientras hace referencia a la polémica que han protagonizado varias influencers este año.

En lo que a Susana Molina respecta, todo es diferente. La ganadora de ‘Gran Hermano 14’ y la modista se conocen desde 2016. Su primer encuentro tuvo lugar en un espacio multimarca de Sevilla al que Leticia acudió para exponer sus diseños y en el que Susana trabajaba por aquel entonces. “No teníamos ni idea de que Susana había estado en televisión y nos conocimos como si ella fuese totalmente anónima”, nos cuenta la onubense en exclusiva.

“Yo no sabía lo que había detrás, ni nada, y la verdad es que entablamos cierta amistad con ella. Desde entonces viene a hacerse trajes aquí. Antes nos gustaba mucho cuando se iba acercando la Feria, porque ella se venía al taller… Ahora que está en Madrid, esos ratitos los perdemos, pero es inevitable… la agenda manda”, explica.

Trabajar con Susana es muy fácil, es una chica maravillosa

Lorenzo recuerda cómo conoció a Susana Bicho y cómo su relación ha ido creciendo con el paso de los años. Entre ellas hay un vínculo especial que supera cualquier tipo de relación comercial. Por ello, cada año cuando se acerca la Feria, la murciana se pone en contacto con su amiga y costurera de confianza para empezar a trabajar en su nuevo traje de flamenca.

“Esos ratitos diseñando, charlando… No es una relación de clienta habitual y diseñador, ni mucho menos de trato diseñador-influencer”, comenta mientras explica que, después de tantos años, lo suyo es más una amistad que otra cosa.

¿Cómo es trabajar con Susana Molina?

“Es una chica maravillosa. Trabajar con ella es muy fácil. Te lo digo conociéndola como la conozco. Es una niña supersencilla, agradable. Con ella es todo muy rodado. Independientemente de que ahora tenga otra popularidad, ella no es la típica persona creída a la que se le haya subido la fama”, comenta revelando cómo es la verdadera Susana Molina.

Después de conocer a Gonzalo Montoya en ‘GH 14’, Susana pasó varios años viviendo en Sevilla. Durante esta etapa de su vida, la influencer acabó convirtiéndose en una hispalense más y, desde entonces, lleva a la ciudad del Guadalquivir en su corazón. Su paso por ‘La isla de las tentaciones’ lo cambió todo, sin embargo, la murciana no renuncia a su Feria de Abril y a sus trajes de flamenca.

Todo es distinto a la hora de diseñarlos, aunque Leticia y Susana ya se conocen muy bien. “Este año lo que hizo fue bajar un día, estuvimos viendo qué corte le podía quedar mejor y, la verdad es que me dio bastante carta blanca para que hiciera lo que yo creyese que le iba a favorecer más. Lo dejó muy abierto y ha sido muy fácil también”, cuenta mientras habla del proceso de diseño de su último vestido de gitana.

Algo que hace años, en cambio era bastante más difícil: “Ella era muy clásica, le costaba innovar un poco. Con el rojo le costaba porque el rojo es un color muy potente y ella es muy tímida, pero luego ha confesado que es uno de sus favoritos porque se ve superguapa con él”.

Un diseño exclusivo, hecho para ella

En la pasada edición de Simof, la pasarela de moda flamenca más importante, Leticia presentó una serie de diseños inspirados en las divas de la música. La reina del pop, Madonna, fue la inspiración de la colección de la que ha nacido el último traje de Susana Molina.

Cada año, en Leticia Lorenzo lanzan dos colecciones. Una básica, en la que se comercializan varios modelos en todas las tallas y en la que podemos encontrar auténticas maravillas desde 450 euros y otra exclusiva, de la que hablaremos a continuación, de hasta 750 euros (una horquilla de precios bastante económica teniendo en cuenta el resto del mercado y el trabajazo que hay detrás de cada vestido). Sobre pasarela se presenta esta última y, en Simof pudimos ver algunos diseños bastante parecidos a los que esta semana ha llevado Susana.

A nadie le gusta ir a la Feria y encontrarse a otra con el mismo vestido

Pero ninguno igual, ya que para Leticia la exclusividad es importante y por todas las piezas de la versión premium que confecciona para Feria son únicas. “No repetimos dos trajes iguales para la misma Feria. El del desfile rojo ya se vendió y este lo versionamos para hacerlo en color verde agua y con mangas”.

Para conseguir esta diferenciación, Leticia Lorenzo diseña y crea sus propios estampados digitalmente y después los manda a imprimir. Un proceso con el que consigue trajes únicos y que realzan el valor de cada pieza. "Cada año intentamos apostar más por la exclusividad. Le están dando un valor añadido a la clienta, porque sabe que no hay nadie más que vaya a llevar su vestido. A nadie le gusta ir a la Feria y encontrarse a otra con el mismo vestido”.

“Las estampaciones las hacemos nosotras. No es el típico tejido de lunares que puedes comprar y ya. Hacemos las estampaciones sobre el patrón del propio traje. Cada traje es único. Así conseguimos hacer degradados de colores, degradados de lunares de mayor a menor tamaño. Más o menos tupido. El traje de Susana empieza con lunares pequeñitos arriba y luego van creciendo en los propios lunares. Eso lo hacemos nosotras a través del diseño digital de cada traje”, comenta.

“Lo que intentamos es diferenciarnos y la única manera que tenemos de hacerlo es haciendo cosas que no puedan hacer otros. En este mundo que está tan saturado y que hay tantas costureras que intentan copiar el traje… hay que ponerlo complicado y la manera es que no puedan comprar el tejido con el que tú trabajas”, bromea.

“Hacemos el diseño digital como si fuesen los planos de una casa. Diseñamos la estampación dentro de cada trozo del vestido, de cada volante, manga, etcétera para que encaje todo como queramos. Luego lo mandamos a imprimir a un lugar de sublimación de tejidos. Después lo cortamos y ya se cose”, nos cuenta mientras habla de todo el proceso de diseño de sus espectaculares trajes.

¿Cómo nace Leticia Lorenzo?

Leticia estudió arquitectura técnica, un mundo a priori completamente distinto que, unido a su pasión por la moda y a sus raíces, han acabado dando como resultado una marca de moda flamenca y de invitada única.

Originaria de Lepe, un pequeño pueblo con gran tradición flamenca, Leticia Lorenzo creció, como aquel que dice, entre volantes. “En la carrera estaba en clase y en lugar de atender al profesor de geometría lo que hacía era dibujar bocetos de los trajes que iba a hacer ese año”, nos cuenta mientras explica que ya por aquel entonces se hacía sus propios vestidos.

Lorenzo terminó la carrera y empezó a trabajar de arquitecta hasta que, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, decidió dejarlo todo para empezar a dedicarse a lo que verdaderamente le gustaba: la moda flamenca. “Me alegro de haber tenido la formación que he tenido, porque al final, toda esa parte del diseño gráfico de los trajes me viene mucho de la rama técnica que tengo. Todo eso me lo ha aportado la formación que he tenido”.

“La gente que cose, a la hora de cortar un volante multiplica la medida que quiere por seis; yo no hago eso. Mis volantes son cuadriculados y son 2 · π · r”, dice entre risas mientras asegura que siempre recurre a la fórmula matemática para calcular el diámetro de la circunferencia.