Terelu Campos ha pasado por el altar en dos ocasiones y, ambas, la presentadora las recuerda con gran cariño porque le marcaron para siempre. Es cierto, que en su currículum amoroso figuran muchos nombres, pero en su pasado hay dos momentos que para la presentadora de 'Sálvame' son inolvidables: sus dos bodas, una con Miguel Ángel Polvorinos y la segunda con Alejandro Rubio, padre de su única hija.
A sus tiernos 27 años Terelu Campos contrajo matrimonio con Miguel Ángel Polvorinos, cámara de TVE al que conoció entre los pasillo de la redacción donde ambos trabajaban. Tras seis años de noviazgo, decidieron sellar su amor pasando por el altar en 1992. Su segundo matrimonio, y quizás el más sonado ha sido con, Alejandro Rubio con quien se casó en 1998 y tuvo a su primogénita Alejandra tan solo dos años después, alcanzando una felicidad plena que tres años después se tambaleaba bajo la separación de la pareja.
El 22 de mayo de 1993 se casaba, por primera vez la colaboradora, por lo civil y con un traje de seda color marfil, con adornos de blonda y una gargantilla de perlas de cinco vueltas, cuyo broche era una gran camafeo. Pero no todo salió redondo en ese día que Miguel Ángel y ella prepararon con tantas ganas… ¡Hubo un gran fallo que todavía hoy no se perdona!
Tanto a ella como a su por aquel entonces esposo, se les olvidó contratar a la empresa que se encargara de realizar las fotografías y el vídeo del enlace para tener así un bonito recuerdo y verlo siempre que quisieran. Una situación de lo más cómica incluso para la propia novia “me caso con un cámara de televisión, y se nos olvida a los dos el fotógrafo y el vídeo”. Este garrafal error de primero de boda, les hizo conformarse con las fotos que se publicaron en las revistas días después del enlace.
El día 14 de marzo del año 1998 a las 13:30, en Santander y de la mano del empresario Alejandro Rubio fue la segunda vez que tuvimos la oportunidad de ver a Terelu vestida de blanco. Con un estilo totalmente diferente al de su primer casamiento y vestida con un dos piezas confeccionado por el modisto alicantino Hannibal Laguna, inspirado en el siglo XVIII, se dio el `sí, quiero´, con el que ella consideraba el hombre de su vida. El escote cuadrado del corpiño en tonos pergamino y cava en gazar, daban paso a un frontal de raso de seda y pequeñas baguettes de cristal mate, que realmente ensalzaban la envidiada figura de la colaboradora.
La falda, de línea evasé y con una discreta pero suficiente cola, era traslucida y estaba rematada en seda. Detalles que dejan entrever que la periodista cuidó hasta el último detalle de su segundo enlace. El recogido juvenil que lució iba adornado con diminutas calas de la misma tela del vestido.
No obstante, lo que realmente marcó la diferencia fue el ramo que escogió la presentadora. Para esta ocasión eligió rosas en tonos rojizos que iban del marrón a la teja, una arriesgada elección, que hizo que su look fuera perfecto para la ocasión. Aunque a la periodista le hubiera gustado casarse por la iglesia en esta segunda ocasión, su futuro marido ya lo había estado con anterioridad y la nulidad eclesiástica era muy difícil de conseguir.
Tras la ceremonia civil celebrada en el Salón de Baile del Real Palacio de la Magdalena celebrada por el entonces alcalde de la ciudad, los novios ofrecieron a sus invitados un menú digno de Reyes. Rocío Carrasco, Antonio David Flores, Lara Dibildos o Miriam Reyes disfrutaron este día de Foie-gras fresco de pato sobre gelée al Oporto, con profiteroles de grosella y endibias rellenas de primer plato.
De segundo, un lomo de merluza con langostinos al champagne, con flurons de hojaldre y mousse de calabacín. Antes de la llegada del solomillo con con pasas de Corinto al Armagnac, más patatas suflé, tomate provenzal y brócoli, los presentes disfrutaron de un sorbete de pomelo.
La guinda del pastel la pusieron con una tulipa de mousse de fresa con helado de leche merengada sobre fondo tropical. Terelu y Alejandro, además de bailar muy acaramelados, dieron rienda suelta a su vena artística y recibieron la Medalla de Cofrade de Jesús el Rico, que perteneció al padre de la presentadora.
Aunque han pasado muchos años desde que todo esto ocurrió, la unión y separación de la pareja será una etapa imborrable en sus vidas. De hecho, ambos se tienen un gran respeto y cariño. La colaboradora reconoce que ambos contribuyeron que el matrimonio no funcionara. `En la vida tomamos decisiones y hay que aprender a vivir con ellas. En aquel momento creí que separarme era lo mejor, pero con lo que sé hoy de cómo son las relaciones, probablemente, no fue lo más acertado. No podemos reescribir nuestra historia´, aseguraba Terelu a finales del 2021.