Afortunadamente Paz Padilla se encuentra ya bien y en casa, pero el camino hasta llegar a esa tranquilidad no ha sido fácil. La presentadora de ‘Sálvame’ hacía público en sus redes que los rumores sobre su contagio por coronavirus eran ciertos e hizo cuarentena en el sótano de su casa. Hasta que al octavo día algo empezó a ir mal y tras unos síntomas que le alertaron se fue al hospital dónde fue ingresada. Algo que había mantenido en secreto la actriz hasta hace unos días, pero también su hija. Ahora, Anna Ferrer ha hablado por primera vez cómo vivió los días de ingreso de su madre.

La influencer se ha sometido a una ronda de preguntas y respuestas con sus seguidores. Entre ellas, Anna ha hablado de sus rutinas de belleza, lo que le hace más feliz en su hija, de su felicidad, de cómo está viviendo la pandemia y de cómo se sintió tras el inesperado ingreso de su madre a los días de contagiarse por covid19.

“No he dicho nada de esto por aquí, pero ya sabéis que a mí madre la ingresaron por el tema covid y muchos me decíais que qué había pasado, que yo había hecho por aquí vida normal”, ha empezado a explicar haciendo referencia a las críticas que había recibido tras hacerse público que la actriz pasó unos días en el hospital. Paz explicó a sus seguidores hace unos días que a partir del quinto día tuvo fiebre. "Me dolía todo el cuerpo y ya me costaba moverme del sofá. Todo iba bien hasta que al octavo día empecé a sentir una presión en el pecho, me costaba respirar", momento en el que decidió acercarse al hospital y allí la dejaron un par de días.

Ante esta situación desconocida por muchos, Anna ha querido aclarar que "hacía vida normal" porque estaba muy tranquila y enterada en todo momento de cómo se encontraba su madre. “Claro que estaba preocupada, y la cuidaron muy bien. Yo sabía que estaba siendo muy cuidada”, ha sentenciado, dejando claro que ella en todo momento tenía la tranquilidad de que los profesionales sanitarios estaban haciendo todo por la actriz de ‘La que se avecina’.

Anna y Paz no compartieron espacios durante la cuarentena y consiguieron que la presentadora se curara y la influencer no se contagiara. Para ello, ambas solo compartían un espacio común y no a las mismas horas: el jardín.

La hija de la gaditana se comunicaba con su madre, que se encontraba confinada en el “sótano o planta baja” de la casa a través de llamadas de teléfono o FaceTime. Un periodo de soledad que la joven aprovechó para disfrutar de su habitación, de la casa, de leer, ver series y adelantar muchos de los negocios que comparten con su madre, como su propia firma ‘No ni ná’, que comparte nombre con el negocio que ambas tienen en la localidad gaditana de Zahara de los Atunes.