Arantxa del Sol podría regresar a Córdoba con su marido y sus hijos muy pronto tras ser desterrada por la audiencia de 'Supervivientes' a Playa Limbo. Allí, María Aránzazu Maciñeiras de Lucas, verdadero nombre de la exconcursante del reality más extremo de la televisión, continúa enfrentándose a la hambruna, penurias y condiciones climatológicas adversas, pero en España le espera una vida de auténticos lujos millonario patrimonio que Finito de Córdoba y ella han conseguido levantar y mantener durante las más de dos décadas que llevan casados.
La presentadora llevaba años alejada de la pequeña pantalla, dedicándose a la crianza de sus hijos en común con el torero y a su faceta como modelo e influencer. Pero además, durante un tiempo, Arantxa del Sol también fue administradora única de la empresa J Luis SL, dedicada a la organización de espectáculos taurinos y a la representación, contratación e intermediación para la contratación de artistas en espectáculos.
En el año 2015, se inscribe en el Registro Mercantil el cese o dimisión de la concursante de 'Supervivientes' como Administrador Único de la sociedad. En aquel momento, pasó a compartir titularidad con Juan Serrano Pineda, más conocido por todos por su nombre artístico, Finito de Córdoba.
Hasta el año 2013, Finito figuró también como administrador único de la empresa Actuaciones Artísticas Las Navas, ahora Agropecuaria Santamaría SL. En esta empresa, según datos consultados por Outdoor, Finito tendría acciones de esta empresa en la que su mujer también figuró en su día como apoderada. Según aporta la revista Lecturas, la sociedad contaba en 2022 con un activo de 4,3 millones de euros. Su finca, en la que se dedicarían a la explotación agrícola y ganadera en Cáceres, contaría con más de 182 hectáreas de terreno y estaría tasada para subasta en más de 2,3 millones de euros.
Gracias a estos negocios, al mundo del toro y a los trabajos de Arantxa como modelo, actriz y presentadora, la pareja ha podido sostener su alto nivel de vida. En el año 2014, la pareja decidió abandonar Madrid para asentarse en su lujosa finca de Córdoba, con casi 12.000 metros cuadrados de terreno y una enorme casa con jardín y piscina.