Arantxa del Sol, actual concursante de ‘Supervivientes 2024’ no ha vuelto sola a la televisión. La emblemática presentadora ha vuelto a Telecinco acompañada de su marido, Finito de Córdoba, y la hija mayor de ambos, Lucía, que ejercen de enérgicos defensores de la también ex modelo en las galas y debates. Precisamente hoy ponemos el foco en Lucía, una joven tan hermosa como sorprendente.
Digna heredera de la elegancia de su madre y el porte torero de su padre, Lucía se presenta en sociedad con el lema que corona su bio de Instagram: “Ser tu misma con tu mejor actitud”. En esa red social Lucía, de 22 años, cuenta con especial predicamento, ya que su perfil atesora más de 35.000 seguidores.
Lucía es una joven llena de inquietudes y buena prueba de ello es que el año pasado se marchó hasta Paraguay para ejercer de misionera. "Empieza una de las aventuras más grandes de tu vida y no podemos estar más orgullosos de ti, de tu sacrificio diario, tu entrega y tu valentía. Aprovecha la experiencia, aprende, disfruta de tus compañeros, proponte nuevos retos, llora, ríe, sé tú, ábrete porque tu corazón vale oro y no debes dejarte nada grande para ti sola. No podemos prometerte que será fácil, pero en esos momentos duros, acuérdate de todos los que te queremos y te apoyamos desde aquí", le dijo su madre a través de sus propias redes sociales.
El hecho de que Lucía haya ido a las misiones no significa que sea monja. De hecho la joven tiene un novio muy apuesto. El yerno de Finito de Córdoba y Arantxa del Sol responde al nombre de Manuel. Diplomado en Farmacia, ha puesto en marcha varias empresas de todo tipo: desde algunas vinculados al sector de la salud a otras relacionados con el imprescindible oro líquido de nuestro país: el aceite de oliva. Amante del deporte tiene un físico espectacular y ha viajado por todo el mundo.
Tanto Arantxa como Finito están muy orgullosos de su primogénita. En una entrevista reciente, el maestro contaba pletórico que Lucía ha heredado su forma de ser y “se parece muchísimo, sus expresiones, su mirada, las manos son un calco”. El torero también ve elementos de Arantxa y su familia en ella: tiene un “carisma especial, muy payasa y divertida, lista, buena estudiante, responsable, creativa y sensible”, que “tiene un gran corazón” y es más bonita por dentro que por fuera.
Nacida en Madrid, se mudó con sus padres a Córdoba cuando tenía doce años. En la actualidad Lucía reside de nuevo en la capital, a donde volvió para estudiar Diseño Gráfico y Multimedia. Según Arantxa, desde bien pequeña Lucía ha tenido inquietudes artísticas y siempre ha tenido muy claro que quería dedicarse al mundo de las artes.
Otra de las grandes pasiones de Lucía son los caballos y, de hecho, en gran parte de sus fotografías de redes sociales aparece subida a lomos de uno. Tal es su devoción hacia estos nobles animales que lleva tatuada una pequeña herradura en su brazo derecho. No es la única marca de tinta que luce: en la muñeca luce tatu en forma de rayas.
Lucía también es tremendamente familiar. Además de a sus padres está muy unida a su hermano Juan Rodrigo, seis años menor que ella. Cuando supo que Arantxa estaba embarazada se alegró mucho y ayudó a sus padres a elegir el nombre del bebé. Según ha comentado Arantxa, sus dos hijos disfrutan mucho el mundo del toro y desde siempre han sido grandes aficionados a la fiesta.