Violeta Mangriñán y Fabio Colloricchio han dado la bienvenida a su segunda hija, Gia, que completa la familia que han formado junto a su primogénita, Gala, y su perrita de raza Pomerania, Canela. Ahora que ha pasado más de una semana del nacimiento de la pequeña, la exconcursante de 'Supervivientes' le ha confesado a su legión de seguidores de Instagram que ha decidido maquillarse de nuevo y salir a hacer algunos recados, entre los que se encontraba uno muy importante junto a su novio: han decidido ir a terapia de pareja.
Así lo ha anunciado la influencer en sus stories, donde ha ido narrando todos los recados que ha hecho a lo largo de la jornada para terminar diciendo que la última "parada" de su tour en su primer día fuera de casa tras el nacimiento de Gia había sido la consulta de un psicólogo: "Después de dos años he vuelto a terapia, hoy he empezado el psicólogo de nuevo y de forma presencial. Terapia a nivel individual y en pareja con Fabio".
"Era uno de los propósitos más importantes de este 2024 y tenía muy claro que iba a empezar en cuanto diese a luz. Estoy muy orgullosa de mí y de nosotros", ha comentado la hermana de Lila Mangriñán, revelando así que tenían desde hace tiempo la decisión tomada y que no han decidido empezar la terapia de pareja a raíz del nacimiento de su segunda hija ni por ninguna crisis que se haya desarrollado actualmente.
De hecho, esa ha sido una de las cosas que ha querido dejar muy claras Violeta: no está en crisis con su novio y no cree que haya que estarlo para dar el paso de hacer terapia juntos. Con esa aclaración, ha tratado de adelantarse a los rumores de crisis con la idea de neutralizarlos antes de que empiecen a correr como la pólvora en redes, como ya ha ocurrido en otras ocasiones cuando, por ejemplo, ella se ha quejado del comportamiento de Fabio en ciertas situaciones o ha expuesto que le llegan continuamente mensajes de chicas diciéndoles que es infiel en sus conciertos.
Por último, la amiga de Carla Barber ha escrito un mensaje en Threads señalando las bondades de ir a terapia y, por ende, de su decisión: "A terapia no van los 'locos', sino aquellos que tienen la valentía de hacerse cargo de sus emociones para reparar y dejar de repetir".