Marisol Vargas lamenta la actitud de su hija, Susi Jiménez, tras volver a vivir juntas
Las protagonistas de 'Dos bodas gipsy' han vuelto a vivir juntas en un piso en Sevilla tras unos meses residiendo en distintos domicilios
Marisol Vargas se ha quejado públicamente de la actitud que ha adoptado su hija, Susi Jiménez, en esta nueva convivencia
Las integrantes de 'Los Gipsy Kings' no ocultan la realidad de su situación en sus directos en TikTok e Instagram
En 'Dos bodas gipsy', el nuevo spin-off de 'Los Gipsy Kings', los Jiménez han mostrado que se han comprado un piso en Sevilla, ciudad en la que ya vivían Marisol Vargas y Dani Jiménez junto a sus hijas pequeñas, Graciela y Daniela. A esta nueva vivienda no solo se han mudado ellos cuatro, sino también Susi Jiménez junto a su marido, Iván Silva, y la hija de ambos, Libana, dando lugar a roces que la matriarca no ha ocultado en su último directo.
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En un directo previo, Marisol ya había revelado que dormía siempre en el sofá para dejar una habitación libre para la familia de Susi, un gesto que muchos de sus seguidores no entendieron porque piensan que debería ser la hija la que respete que su madre tenga su cuarto en su propia casa. En esa charla con sus fans, la matriarca no se quejaba abiertamente de esa situación, pero ahora sí que lo ha hecho, revelando también en detalle lo que le molesta de esta nueva etapa conviviendo juntas.
"Yo soy su madre para comprarle ropa, madre para encargarme de Libana, bañarla y hacerle sus biberones, mientras ella está allí tumbada en mi habitación. ¡Pues no! ¡Estoy muy harta!", ha estallado Marisol, que no comprende por qué su hija le solicita todo tipo de ayuda, incluida la económica, pero luego no colabora en ninguna de las tareas de la casa: "Ni fregar ni barrer ni hacer la comida".
Buena parte de los presentes en su directo le ha dado la razón a Marisol y se han multiplicado los comentarios sobre el egoísmo de Susi por no hacerse responsable de su hija en todo momento y no ayudar a su madre, además de por quedarse con su habitación y dejarle el sofá a ella. Pero también ha habido quien le ha echado la culpa de este comportamiento a la de Talayuela, argumentado que la ha criado de forma "muy permisiva" y que por eso ahora la joven no la obedece ni le nace de forma natural arrimar el hombro en el hogar familiar.
Por último, hay quien ha aconsejado a Marisol Vargas que le diga a Susi, que tiene 17 años, que debe irse a otra casa junto a su marido y su hija, alegando que sino nunca madurará y le costará aprender la importancia de hacerse responsable de su familia y de un hogar con todo lo que ello conlleva.