En menos de 48 horas, Carla Barber ha visto cómo su casa, su palacete del siglo XIX se inundaba y se quedaba sin luz tras el paso de la DANA por Madrid; no solo eso, también se le ha roto un diente. Tras este complicado y accidentado fin de semana, la exconcursante reflexiona y realiza un polémico comentario, a sabiendas de que será tachada de machista.
La influencer es una mujer autosuficiente y pluriempleada. Compagina su vida familiar y personal con su trabajo en sus distintas clínicas y en las redes sociales. Además, tiene tiempo para salir y divertirse, viajar, llevar una vida saludable. Sin embargo, hay algo que, a su parecer, le falta en su día a día.
Después de romper con el padre de Bastian y Bosco (el empresario Joseph Rodríguez). La reina del ‘pinchi-pinchi’ volvía a enamorarse de un apuesto cirujano plástico con el que ya hace vida familiar: el doctor Carlos Rubí.
Mantienen no obstante una relación a distancia, pues Carlos es también padre de un niño y una niña menores de edad que residen con su ex en Palma de Mallorca.
Tras el paso del temporal por Madrid, Carla ha tenido que ponerse las botas de agua y desatascar ella misma los canalones y bajantes, que debido a una obstrucción, han terminado inundando el salón de su casa. Además, se veía obligada a retirar unos cables que estaban “friéndose” al haber entrado en contacto con el agua de la lluvia y que han terminado provocando un cortocircuito en su mansión.
Es en estos momentos de caos absoluto, donde Carla, que no está acostumbrada y no parecen gustarle nada las labores de mantenimiento, echa “mucho de menos tener un hombre en casa”, pues cree que estas tareas que ha realizado ella misma (casi por obligación) y que tradicionalmente han estado ligadas al género masculino deberían ser realizadas por ellos y no por una mujer.
La doctora es consciente de que este comentario es completamente machista; aun así, no le ha importado realizarlo a pesar de lo que esto podría suponerle. Acostumbrada a las críticas que recibe en redes sociales por su forma de ser, en las que ha sido tachada de “clasista” y “racista” por el trato que ha dado a sus empleadas del hogar; o de “maltratadora animal” por haber “abandonado” a su perro Togo, se adelanta.
“Menos mal que se me ocurrió subir y meter la mano ahí. He de decir que en momentos como este echo mucho de menos tener un hombre en casa. Algunos me llamarán machista, pero es lo que siento. Sorry”, ha dicho tras haber tenido que ponerse “las botas de agua y unos guantes” y haber frenado por sí misma este desastre.