Entre playa o piscina, La Rebe lo tiene claro: se queda con la segunda opción, pese a que vive al lado del mar en el sur de Tenerife. Es por eso que es habitual que la integrante de 'Los Gipsy Kings' comparta en su perfil de Instagram vídeos e imágenes bañándose en piscinas públicas, pues no dispone de una propia en su casa y cada vez que lo hace le llueven las críticas por el atuendo que escoge para sus chapuzones.
Este mismo fin de semana, ha compartido un vídeo en la piscina de un hotel que ha estado promocionando en sus redes y en el que ha estado de vacaciones junto a su hermana Susi Jiménez. Sus seguidores han visto que, una vez más, ha optado por lucir unas mallas negras de ciclista encima de su bañador, lo que ha hecho que muchos la critiquen y la tachen de "antigua" por no llevar únicamente el bañador o un bikini.
"Con lo moderna que eres, ¿cómo es que no usas bañador?", "No te entiendo, ¿por qué no te bañas solo con el bañador?", "Qué manía con bañarte vestida", "Solo te falta ponerte un burka", se puede leer en la zona de comentarios de la publicación, donde muchos de sus fans han salido a defenderla y han explicado que, en la comunidad gitana, se tiene la costumbre de tapar el cuerpo y no lucir trajes de baño al uso porque lo consideran una falta de respeto al cuerpo de una y al marido.
No obstante, esta explicación no convence nunca a sus detractores, que recuerdan constantemente que Rebeca Jiménez no ha seguido otras normas básicas de la comunidad gitana, como es la de no mantener relaciones sexuales antes del matrimonio, pues se 'escapó' con su novio, José Navarro, y no 'sacó el pañuelo' como manda la tradición, esto es, mantuvo relaciones sexuales antes de casarse, se quedó embarazada y celebró la boda tres años después, algo muy poco habitual en su comunidad, donde no se celebran bodas una vez que la pareja ha intimado, pues se considera que no hay boda sin que la novia pruebe su virginidad en la 'prueba del pañuelo'.
La influencer no ha querido pronunciarse sobre estas críticas, aunque sus seguidores más incondicionales no han parado de pedir respeto para ella y han asegurado que no solo podría estar siguiendo una tradición de la comunidad gitana, sino que sea un deseo propio no querer usar un traje de baño convencional.