Carla Barber no puede más. La exconcursante de 'Supervivientes' está cansada de hacer frente a su maternidad sola y sin la ayuda del padre de sus hijos, Joseph Rodríguez. Aunque fue ella la que tomó la decisión de cortar con él tras descubrir que no era la persona que creía, la doctora cree que su exnovio no tiene ningún tipo de responsabilidad con sus hijos Bastian y Bosco, por quienes no parece preocuparse en absoluto. Después de 13 días sin tener noticias de su expareja, Carla Barber ataca duramente al padre de sus hijos.
La doctora, especialista en medicina estética, tiene la custodia completa de los dos pequeños. Cada día hace malabares para gestionar su clínica, su casa y vida familiar y sus redes sociales. Agotada y sin apenas tiempo para descansar, la canaria saca tiempo de donde no lo hay para atender a sus retoños.
No es la primera vez que Carla lanza duros ataques contra el padre de sus bebés, a quien ha llegado a acusar de no haberla siquiera acompañado a sus revisiones ginecológicas durante sus dos embarazos. Sin embargo, y aunque esto también fue muy doloroso para ella, si hay algo que no puede tolerar es la falta de compromiso y de interés que está mostrando con sus hijos.
Muy enfadada, Carla explota después de ver cómo, tras trece días, Joseph continúa sin dar señales de vida.
"No sé si es que soy de otro planeta, pero que alguien me explique cómo un padre o una madre puede estar 13 días sin preguntar por sus hijos ni saber absolutamente nada de ellos", dice mostrando públicamente su hartazgo. "Qué pena más grande", añade mientras se plantea si verdaderamente la ausencia de la figura paterna es realmente algo que lamentar o celebrar. "O no, quizá sea una suerte". reflexiona.
La exconcursante de 'Supervivientes' es feliz y ha rehecho su vida junto al doctor Carlos Rubí. En este sentido, nada le importa o une al padre de Bastian y Bosco, con el que planeaba casarse. No obstante, no puede tolerar ni soportar la despreocupación que su expareja está mostrando hacia sus hijos, por los que no ha dudado ni dudará nunca en sacar las garras públicamente, a pesar de que con ello tenga que dejar en mal lugar a la persona con la que un día compartió su vida.