Marina García acaba de operarse el pecho. La exparticipante de ‘La isla de las tentaciones’ llevaba tiempo disconforme con la forma de sus prótesis, las cuáles ha decidido retirar en quirófano. Su intervención es reciente y, aunque la retención de líquidos postquirúrgica es algo normal, la sevillana está bastante preocupada por la llamativa inflamación que tiene tras reducirse el pecho.
La novia de Jesús Sánchez asegura no haber tenido nunca tantísima inflamación de líquidos como la que presenta su cuerpo en estos momentos. Mientras muestra algunas partes de su cuerpo visiblemente hinchadas, Marina visibiliza la cara B de una operación estética.
“No todo es de color de rosa. No he tenido una retención de líquido así en mi vida. La cara, la espalda, el abdomen… increíble”, dice la empresaria que, además, está lidiando con el dolor que la falta de drenaje le está causando. “Tengo tanto líquido que hasta me duele al tocarme", cuenta sincera.
“Hoy no es mi maldito mejor día”, dice la influencer, que “aparte de sentirse encharcada (nunca mejor dicho)", ha tenido que lidiar contra muchas críticas estos días, pues algunos de sus seguidores creen que su última operación ha sido completamente innecesaria y que apenas se nota el cambio.
Por recomendación de su cirujana, Marina ha tenido que colocarse unas prótesis de menor tamaño. Su deseo era no llevar nada, aunque después de tantos años utilizando implantes de considerable tamaño, que le quedase un pecho pequeño, natural y bonito era imposible debido a la cantidad de piel sobrante.
En general, la andaluza está contenta con el resultado de su reducción de pecho. Sin embargo, tener que lidiar con la incómoda retención de líquidos está siendo un problema para ella. Su cuerpo está muy inflamado, tal y como se puede ver en el vídeo que acompaña este artículo. “Esto es líquido. Si me vierais el abdomen entero alucinaríais…”, dice mientras señala algunas zonas.
Este problema postquirúrgico es transitorio. Pero Marina tiene mañana un importante evento familiar al que acudir y por ello ha decidido ponerse en manos de especialistas (probablemente los de su propia clínica) para intentar remediar esta situación.
“Estoy mal, sí”, comenta reconociendo que lo mucho que le afecta verse así. “Mañana tengo una comunión. Voy a ir esta tarde urgentemente a darme radiofrecuencia y a ponerme la presoterapia. A ver si puedo solucionar esto antes de mañana”, anuncia tratando de no perder la esperanza.