La legión de seguidores de Violeta Mangriñán saben perfectamente que uno de sus mayores sueños es tener una vivienda en propiedad en Madrid, porque la exconcursante de 'Supervivientes' ha contado en más de una ocasión en sus stories de Instagram que siempre había fantaseado con comprarse un piso en el céntrico barrio de Justicia, uno de los más caros de la capital.
"No digo nada, pero...", comentaba la influencer en sus stories junto a una fotografía de una obra, señalando que esa imagen ha sido tomada en Madrid y adjuntando los emoticonos de la casa, el corazón y la grúa, dándole a entender a sus seguidores que se ha iniciado la construcción de su nueva casa en la capital de España. "Los sueños se hacen realidad", ha añadido en una segunda historia, en la que ha compartido otra instantánea de la obra.
Sus seguidores se han emocionado muchísimo al pensar que había dado el paso y había cumplido su sueño de construirse una casa en Madrid, como acaba de hacer en su ciudad natal, Valencia, donde tiene un chalet con jardín y piscina en el que vive junto a su chico, Fabio Colloricchio, su hija Gala y su perra Canela. Pero nada más lejos de la realidad y es que todo se trataba de una broma, tal y como ha explicado unas horas después en sus stories: "La bromita ha estado bien, no me matéis, me he levantado vacilona hoy".
No obstante, la influencer sí que ha reiterado su deseo de adquirir una casa en la capital en un futuro: "Estoy mirando casas en los alrededores de Madrid a modo de inversión, llevo ya meses mirando, incluso antes de tener acabada mi casa de Valencia". Por otra parte, ha querido desmentir que esté pensando en mudarse y abandonar su nueva casa en la capital del Turia, al menos por el momento porque ha matizado que no descarta hacerlo en los próximos tres años, antes de que su hija comience su etapa escolar.
Actualmente, cada vez que Violeta tiene que desplazarse a la capital por motivos de trabajo se aloja en un piso situado a las afueras que alquila a medias con Fabio, que es el que más lo usa, ya que los estudios de música en los que trabaja se encuentran allí y no en Valencia, ciudad a la que suele desplazarse pocos días a la semana para estar con su hija cuando no tiene que componer ni ir de bolo por distintas ciudades de España. Y parece que la situación, por el momento, seguirá así.