Anita Matamoros habla del delicado problema que le fue diagnosticado justo un día antes de su 22 cumpleaños. La hija de Kiko Matamoros sufría fuertes dolores que le impedían hacer su día a día con normalidad. Tras confirmarse que tiene una hernia cervical, la influencer cambió radicalmente su estilo de vida con la intención de evitar a toda costa el quirófano. Ahora, habla de su evolución y actualiza su estado de salud.
La hermana de Diego Matamoros (que también sufre problemas cervicales y vive con una enfermedad crónica y degenerativa) ha sido preguntada por una de sus seguidoras por los constantes dolores de cuello que lamentaba el pasado verano y por el tratamiento que ha estado siguiendo durante estos últimos meses.
Fiel a su comunidad, la estudiante de diseño de moda no ha dudado en responder y actualizar su estado de salud, después de ser diagnosticada con una hernia de disco.
Dado su edad, es muy raro que Anita tenga una hernia cervical, pues estas suelen aparecer entre los 30 y 50 años. Se producen por una rotura o deterioro del disco intervertebral. Provoca dolor de cuello que puede irradiarse hacia los hombros y brazos, entumecimiento y/u hormigueo, mareos, vómitos o inestabilidad, entre otros síntomas.
La hija de María José Giaever (a.k.a. Makoke), ha notado una gran mejoría con las pautas recomendadas. A nivel clínico desconocemos si su hernia “ha empeorado”, pues aunque se supone que en enero tenía previsto que le repitiesen las pruebas, hasta ahora Matamoros no había vuelto a dar detalles de su problema cervical.
No obstante, por sus últimas palabras, deducimos que su situación, al menos en lo que a los niveles de dolor se refiere, parece haber mejorado considerablemente. Tras recibir los resultados de su “radiografía y resonancia” y descubrir que tiene “una hernia”, Anita empezó a ir “al fisio una vez cada dos semanas”.
A estas sesiones quincenales también se suman una serie “ejercicios” específicos “para fortalecer la zona” y disciplinas como el “pilates”, que asegura le está “yendo muy bien”. “Me gustaría probar también con yoga”, añade la joven mientras responde a la pregunta de su follower.
No todo está siendo fácil para ella, pues a pesar de esta notable mejoría, Anita sigue teniendo importantes molestias cada cierto tiempo. Dolores que no pueden compararse a los que tenía hace un año, pero que sí que le siguen fastidiando.
“Me sigue molestando a veces, pero nada que ver con antes”, cuenta aliviada mientras recuerda cómo hasta hace poco se le “dormía la mitad de la mano” y se “quedaba pillada del cuello cada dos meses”. Una realidad que le impedía hacer vida con normalidad, pues debido a los dolores y al pinzamiento, en muchas ocasiones acababa postrada “en la cama, sin poder moverme”.