Laura Matamoros, ganadora de 'GH VIP' e influencer de éxito, padece un glaucoma de tensión baja en el ojo derecho, una enfermedad crónica de la que fue diagnosticada hace ya dos años después de numerosas pruebas médicas porque había notado que estaba perdiendo visión y las primeras pruebas determinaron que no se trataba de un problema común como la miopía o el astigmatismo.
Con motivo del Día Mundial del Glaucoma, que se celebra el 12 de marzo, la hermana de Diego Matamoros ha concedido una entrevista a 'HOLA' en la que ha explicado cómo evoluciona su glaucoma. "Nunca voy a mejorar la visión perdida, pero sí la puedo controlar. Desde hace un par de años, mi situación está estable", ha comentado la influencer, que comenzó a notar los primeros síntomas de la enfermedad hace cinco años y que ha perdido un 48% de visión en la mitad inferior del ojo derecho.
"Pero, al tener dos ojos, lo suplo", ha continuado explicando la madrileña, que controla su enfermedad con unas gotas y con revisiones periódicas, con el objetivo de frenar su avance que, en casos extremos, podría desembocar en la pérdida total de la visión en el ojo afectado, como le ha ocurrido a su padre, Kiko Matamoros. En 2009, al prometido de Marta López Álamo le diagnosticaron esta dolencia y le informaron de que tenía únicamente el 40% de la visión en el ojo derecho. Diez años después, explicó en 'Sálvame' que se había quedado ciego de ese ojo, pero que podía ver gracias al izquierdo.
Sobre si tiene miedo de que le ocurra lo mismo que a su padre, la hermana de Anita, Lucía e Irene Matamoros ha reconocido en la mencionada entrevista a 'HOLA' que es algo que le preocupa, pero que está "tranquila" porque confía en los avances de la medicina y su situación es estable "dentro de la gravedad", por lo que no es algo que le ronde la mente en su día a día.
Además, ha querido puntualizar que la enfermedad no es hereditaria ni congénita, por lo que sus hijos en común con Benji Aparicio - Matías, de casi cinco años, y Benji Jr., de catorce meses - no tienen un riesgo mayor al de cualquier otra persona de sufrir esta enfermedad irreversible que se produce cuando el nervio óptico está afectado y que, en la mayoría de los casos, no se manifiesta hasta que no está muy avanzada.