Dos semanas de vacaciones en Lima se han visto interrumpidas cuando, tras sufrir el mal de altura, Jorge Javier Vázquez ha tenido que ser hospitalizado durante dos días. Así lo ha contado él mismo a través de su perfil de Instagram y nuestros compañeros de ‘Sálvame’ daban la noticia en directo. Esta afección ha provocado al presentador un edema pulmonar y una insuficiencia respiratoria aguda de la que se recupera con ganas de volver a retomar sus días de descanso. Pero, ¿cuáles son las causas, los síntomas y el pronóstico de este problema de salud que ha sufrido el periodista? Os contamos qué es, cuándo aparece, cómo detectarlo y qué cambios normales se producen con la altitud y que no deben confundirse con este problema de salud.
Con una doble imagen suya (en silla de ruedas y dentro de la cámara hiperbárica), Jorge Javier daba la noticia en sus redes sociales con el siguiente comunicado: “Queridos amiguitos: Perú es un país maravilloso. Llegué hace dos semanas y he conocido la preciosa Lima, he visto volar cóndores y poquitito más. Porque el lunes pasado me tuvieron que ingresar en un hospital durante dos días por el mal de altura”.
El mal de altura agrupa una serie de trastornos de salud relacionados con estancias en áreas, como Perú en el caso de Jorge, de gran altitud sobre el nivel del mar. Los síntomas pueden aparecer a partir de los 2.500 metros de altitud. A los 3.000 más de un 30% de los viajeros ya presenta síntomas y a los 4.000 metros más de un 65% ha experimentado alguno.
Los síntomas son dolor de cabeza punzante, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, fatiga importante, debilidad, mareo, trastornos del sueño (tanto somnolencia como insomnio) y un estado general como ‘de borrachera acompañado de ´vertigo. Estos síntomas pueden aparecer a partir de las 6-12 horas de haber llegado a alturas elevadas, pero también pueden retrasarse hasta las 24 horas después.
Aunque cada año se producen al menos 7 muertes relacionada con la altitud entre los casi 50.000 viajeros que viajan a Nepal, el ‘mal de altura’ puede ser pasajero siempre que se detenga el ascenso en cuanto aparezcan los síntomas anteriormente descritos. Tras descansar y aportar al cuerpo tanto agua como hidratos de carbono se podrán seguir avanzando, siempre que desaparezcan los síntomas. Si no lo hacen, se deberá descender a cotas de altitud más bajas hasta que desaparezcan por completo.
Se trata de un diagnóstico clínico, es decir, a través de los síntomas. La presencia de cefalea, aunque sea leve, asociada a una estancia en altura de los últimos días puede ser el punto de partida para un diagnóstico precoz. Cualquier malestar anteriormente descrito debe ser premonitorio para dejar de ascender si los síntomas persisten.
“Cuatro sesiones de cámara hiperbárica para que desapareciera el edema pulmonar, corticoides, antibióticos y qué se yo. Una fiesta”, ha explicado el catalán en la publicación de su perfil de Instagram, haciendo referencia a la pequeña complicación que ha sufrido. De esta manera, Jorge ponía sobre la mesa que en su caso, el mal de altura sí había evolucionado a una enfermedad de riesgo que, afortunadamente, han podido solventar con su ingreso.
Eso suele pasar porque cuando comienzan los síntomas, si se permanece a la misma altitud o se continúa ascendiendo existe un riesgo importante de que aparezca un edema pulmonar de altura o incluso un edema cerebral de altura. Ambas son las manifestaciones más graves que se pueden dar tras esta afección. Una de ellas, la ha sufrido el catalán.
En este caso Jorge nos daba también la clave al hablar, en dicha publicación, de su estancia en una cámara hiperbárica, del reposo y del suministro de unos antibióticos que había recibido. Si los síntomas son leves, como no ha sido su caso, es suficiente con el reposo durante 48 en el mismo terreno para que el cuerpo se adapte. También habrá que aportar una buena hidratación, una dieta rica en hidratos y analgésicos en el caso de ser necesario por las posibles cefaleas.
Pero si los síntomas son graves, como por ejemplo en los casos de edema pulmonar, medicamentos como el nifedipino alivia rápidamente la opresión y la dificultad respiratoria. Las cámaras hiperbáricas también son eficaces y más rápidas que el descenso o el propio tratamiento con oxígeno, ya que, en el interior de ellas, la presión es similar a altitudes muy bajas y esto se consigue de manera muy rápida.
Eso sí, nunca se deben utilizar medicamentos hipnóticos o sedantes para tratar el insomnio porque estos puedes dificultar la respiración. El pronóstico suele ser bueno si se cumplen estas normas fundamentales que, por lo que hemos podido leer en el comunicado del presentador, parece que sí se han llevado a cabo. Lo ‘bueno’ del mal de altura es que el curso clínico es lo suficientemente lento y predecible como para poner remedio a tiempo.
Aunque todas las personas sufran cambios fisiológicos normales con la altitud, éstos no se deben confundir con el mal de altura. Entre ellos están el aumento de la frecuencia y profundidad de la respiración, el cambio de pauta respiratoria al dormir, aumento de la producción de orina o tener trastornos en el sueño.